Leduvina García Naranjo desapareció durante la mañana de ayer. A sus 90 años, salió de su casa en San José del Álamo y nada se supo de ella. Enferma de Alzheimer, sus familiares denunciaron lo ocurrido ante la Policía Nacional y de inmediato se activó un dispositivo de búsqueda que finalizó con éxito a las cuatro de la tarde de este martes. Leduvina estaba con vida en un barranco situado a 500 metros de su vivienda, pero con una importante hipotermia debido a que había pasado una fría y lluviosa noche a la intemperie. En total, 30 horas desaparecida.

El aviso se produjo sobre las nueve y media de la mañana cuando la persona que le cuida acudió a la vivienda y comprobó que Leduvina no se encontraba en el interior. Con una importante enfermedad degenerativa y la obligación de medicarse, su familia puso en conocimiento de lo ocurrido a las fuerzas de seguridad para comenzar su búsqueda.

El mismo lunes, agentes de Grupo Operativo de Intervención y Apoyo (GOIA) de la Policía Local de Las Palmas de Gran Canaria, bomberos de la capital y Policía Nacional iniciaron el dispositivo de rastreo que se saldó sin éxito. Este se amplió de manera considerable durante la mañana de ayer, al incorporarse los componentes del Grupo de Intervención Operativo de Rescate y Salvamento (Giors) con un perro adiestrado y trabajadores del Grupo de Emergencias y Salvamento (GES) del Gobierno de Canarias, estos últimos tanto desde tierra como desde el aire con un helicóptero.

Durante la primera mitad del día no encontraron indicios del paradero de Leduvina García. Fue por la tarde, una vez que el número de operarios se redujo al retirarse algunos de los cuerpos de seguridad, cuando primero se halló uno de los zapatos de la desaparecida. Se produjo después de que decidieran rastrear por encima de su vivienda, según indicó el jefe del Giors, José Antonio Bolaños. Pocos minutos después, en torno a las tres y media de la tarde, dos personas que trabajaban en el operativo, entre ellos un agente de la Comisaría de Maspalomas de la Policía Nacional de paisano, escucharon unos gritos de ayuda. "Estoy aquí, estoy aquí", fueron las palabras que pudo decir la nonagenaria, según Bolaños.

Cuando se acercaron vieron cómo Leduvina estaba tirada en un barranco de la finca privada Los Naranjos, adonde había caído y había sufrido la rotura de unos huesos de la nariz. Estaba con una hipotermia "severa" tras pasar 30 horas bajo el frío húmedo de esta zona y la lluvia que cayó durante la noche y la mañana, como añadió el jefe del Giors. "Estaba consciente, tenía la ropa mojada y le pusimos unas mantas térmicas", declaró. "Es una mujer fuerte, de campo", apuntó para explicar cómo había sobrevivido a su edad a tantas horas bajo condiciones meteorológicas adversas.

Una vez estabilizada, la nonagenaria fue introducida en uno de los vehículos del Giors para sacarla del barranco y después se le introdujo en una ambulancia del Servicio de Urgencias Canario (SUC) para su traslado hasta el Hospital Doctor Negrín de Las Palmas de Gran Canaria en estado leve, según informó el 112.