En una vídeoconferencia durante una rueda de prensa celebrada ayer en Cádiz, la propia Irmgard Lundberg, acompañada de su nieta, pidió la colaboración de toda aquella persona que pueda aportar alguna pista para conseguir saber algo del paradero de su hijo Fred, al que, según ella cree, robó el doctor Luis Gurruchaga, conocido como doctor Pirata.

La historia se remonta a 1947 cuando el 3 de febrero Irmgard y su marido Sven Lundberg tuvieron a su hijo en Duisburgo (Alemania). Al poco tiempo se marcharon a Suecia, donde recibieron una oferta para trabajar en la ciudad de Tánger, entonces bajo tutela de España. Allí se desplazaron a finales de febrero de 1948 y conocieron a Gurruchaga, quien se presentó como médico y director del sanatorio marítimo de Chipiona.

Para entonces, el pequeño Fred ya había sufrido varias intervenciones quirúrgicas porque había nacido con un problema en la espalda y una hernia inguinal crónica.

El periodista Wayne Jamison, que ofreció en Cádiz la rueda de prensa para apoyar la causa de la madre de Fred, explicó que Gurruchaga, un personaje sobre el que prepara un libro, tenía un pasado nazi que le llevó a refugiarse en España y a trabajar como médico. Además, según sus investigaciones, se dedicaba también al contrabando, de ahí que le llamaran Doctor Pirata, y que viajara con asiduidad a Tánger, donde conoció a los padres de Fred.

El médico les recomendó a los Lundberg una serie de tratamientos médicos para el niño en Chipiona y aceptaron que se lo llevara al sanatorio que dirigía, con la promesa de retornarlo a las dos semanas. Pero el pequeño nunca regresó. Gurruchaga tardó varios meses en comunicar el supuesto fallecimiento del niño a sus padres y les llevó fotos del cuerpo del pequeño. "Aquel no era mi niño", explicó la madre, quien acusa al médico de haberle engañado con informes médicos y certificados de defunción falsos.