Los bomberos de Lanzarote se vieron obligados ayer a utilizar una autoescala para acceder a una vivienda situada en una cuarta planta en la calle Caldera de Taburiente de Arrecife después de que los vecinos alertaran de que una niña de cuatro años se encontraba asomada a una ventana con riesgo de caer sin la aparente presencia de ningún adulto. Su madre llegó poco después.