"Es en el dar que recibimos".

Es la frase de San Francisco de Asis, que nos queremos quedar como emblema de la familia. El dar que nos ha inculcado nuestra hermana, nuestra tía, la madre de todos que con su vida llena de dar, todos hemos recibido.

Pepa nos ha hecho ver que en dar amor, cariño, tiempo y bondad está el recibir. Recibir vida y alegría en el corazón. Y así le agradecemos su largo paso por esta vida, un camino lleno de verdadera entrega a los demás, no sólo a los suyos, a todos.

"Recuerda que cuando dejes este mundo, no puedes llevarte nada que hayas recibido; solo lo que has dado".

Pepa, te lo llevas todo porque todo lo has dado. Así lo siente tu toda familia. 90 años de dedicación a todos nos da la certeza de que te vas cargada de amor, tu luz brilla con el amor que todos te tenemos. Con las lágrimas que saben también a alegría; la alegría de saber que te fuiste llena de amor de todos nosotros, y ese amor es eterno.

Has dejado este mundo para reunirte con Dios, y desde allí seguirás yendo a buscarnos al colegio, a hacernos la comida, o a llamarnos para preguntar cómo estamos todos.

Estamos bien Pepa, viaja feliz solo estamos tristes porque te queríamos más tiempo con nosotros, claro. Felices de haberte disfrutado tanto tiempo, que sigue sabiendo a poco porque fuiste una hermana, una tía, una abuela insuperable.