La Policía Nacional detiene en Zamora a tres españoles por su presunta participación en los delitos de tenencia ilícita de armas, tráfico ilícito de armas, depósito de armas de guerra y depósito de explosivos. Los arrestados se encargaban de distribuir piezas para su ensamblaje y venta ilegal por todo el territorio nacional. En los 13 registros practicados se ha intervenido 26 lanzagranadas, 37 armas largas (incluyendo fusiles, subfusiles, rifles, carabinas y escopetas), 70 armas cortas (43 pistolas y 27 revólveres), numerosos proyectiles y granadas y numerosas piezas fundamentales.

En el operativo también ha sido intervenida una gran cantidad de explosivo de enorme capacidad destructiva (carga conformada hueca de corte, carga hueca de perforación, sustancia sintética, TNT, pentrita, recipiente de plástico Expaltnt P-50 y Expaltnt P-250 o tubo de plástico TNT C-100) que ha obligado a la intervención de los expertos antiexplosivos Tedax para su neutralización. Por último, se han intervenido más de 3.000 cartuchos metálicos (incluyendo munición de guerra de los calibres 5,56 y 7,62), así como varios kilogramos de pólvora.

El origen de la investigación se sitúa en septiembre de 2019, cuando la Policía Nacional participó en un macrodispositivo internacional que tenía la finalidad de desarticular redes de tráfico ilícito de armas procedentes de los Balcanes. Liderada por Europol, participaron policías de 30 países y agencias, y se arrestaron 175 personas e incautaron 51 armas de fuego. A raíz de ahí, se constató que una persona residente en Zamora estaba proveyendo de piezas de armas, utilizando la paquetería postal, a un individuo investigado en el marco del mencionado dispositivo.

Los policías constataron que, en el año 2008, el principal investigado fue detenido y condenado por su participación en un red dedicada a la reactivación de armas de fuego liderada por el propietario de una armería en Palma de Mallorca. El local era utilizado por el entramado criminal para comprar armas inutilizadas que, posteriormente, eran reactivadas y convertidas en armas de fuego reales y vendidas en el mercado negro. En los registros efectuados en aquel operativo se incautó un enorme depósito de armas y municiones.

Durante la investigación se averiguó también que, el ahora detenido, mantuvo relaciones comerciales con los miembros del grupo criminal desarticulado en enero de 2017 por la Comisaria General de Información en la operación Portu, una de las más importantes de la historia contra el tráfico de armas en España.