La Audiencia Provincial de Las Palmas celebró ayer su primer juicio con el protocolo del coronavirus después de que el pasado sábado se declarara el estado de alarma. El acusado, un reo que se enfrenta a 12 años de cárcel por abusos sexuales a una menor de edad, declaró por videoconferencia desde la prisión y entre cada intervención de los testigos se limpió el mobiliario utilizado así como el micrófono.

La sesión se celebró en la Sección Sexta y tuvo una duración de cuatro horas después de que se tramitara de urgencias al tratarse de una causa en el que está implicado un preso. Según informó el Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC), el hecho de que el procesado se encuentre internado en el centro penitenciario de Salto del Negro obligó a utilizar la videollamada en vez de su presencia personal porque, con este último caso, tendría que haber sido puesto en cuarentena.

Entre las medidas tomadas por el juzgado para evitar la propagación del virus se encuentra la limpieza del estrado, micrófono, silla y mesa entre cada uno de los declarantes, cumpliéndose asimismo las medidas de distancia social establecidas en un metro, indicó la misma fuente.

El Ministerio Público solicita para el acusado 12 años de prisión y 15 de prohibición de comunicación con la hija de su expareja por abusar sexualmente de ella entre 2011, cuando la pequeña tenía sólo siete años, y 2018 en una vivienda del municipio de Telde. El Ministerio Público defiende que cuando la menor de edad cumplió los 12 años, en 2016, los tocamientos en la zona vaginal pasaron a ser relaciones sexuales completas con penetración.

El procesado, que además tendría que hacer frente a una indemnización de 6.000 euros por daños morales, cuenta con un amplio historial delictivo.