Lucas de Saá Padilla (Giniginamar, 1941 / Las Palmas de Gran Canaria, 2020) falleció ayer a los 78 años en la capital grancanaria. Persona muy querida en Fuerteventura y en el Archipiélago, no en vano estuvo históricamente vinculado al sector primario, industrial y la lucha canaria. Recibió la Medalla de Oro de Fuerteventura otorgada por el Cabildo majorero en 2009 por su compromiso con la Isla desde los diversos cargos que ocupó.

De Saá cursó estudios de Enseñanzas Medias y de Peritaje industrial en la Escuela de Peritos de Las Palmas de Gran Canaria y, por origen familiar y por dedicación, estuvo desde joven muy vinculado a la agricultura, participando en la conformación de la Sociedad Cooperativa Agrícola de Gran Tarajal. Su trayectoria profesional también estuvo relacionada con la empresa DISA, de la que fue representante junto a su familia en Fuerteventura.

Su preocupación por el sector primario y por la búsqueda de fórmulas que permitieran avanzar en su modernización a través de nuevas inversiones le llevó a participar en la creación de la Caja Rural de Canarias como socio fundador. También dirigió la sucursal de esta entidad en Gran Tarajal, que, además, fue la primera oficina de la Caja Rural abierta en Fuerteventura. Fue presidente de esta entidad crediticia, al tiempo que también presidió la Fundación de la Caja Rural de Canarias.

Lucas de Saá era, además, una persona preocupada por el desarrollo de su isla y desde la representatividad que ostentó al frente de la Caja Rural de Canarias participó también en múltiples iniciativas de colaboración social y cultural, así como en la restauración del patrimonio histórico de Fuerteventura.

Asimismo, fue un enorme defensor de la lucha canaria y era frecuente observarlo en los terrenos de lucha no solo de Fuerteventura, sino de Canarias.

Lucas de Saá era viudo y tuvo cuatro hijos: Carlos (prestigioso fotógrafo majorero, colaborador de LA PROVINCIA / DLP y corresponsal gráfico de la Agencia Efe), Víctor, Mauxi y Lucas. Además, sus padres, Julián de Saá y Asunción Padilla, ambos fallecidos, tuvieron también cuatro hijos: Juan, Ñito (fallecido), Juana y Carmen. A todos ellos, nuestro más sentido pésame.