La Guardia Civil han detenido en Barcelona a un ciudadano marroquí por su presunta vinculación con el grupo terrorista Daesh que, según los investigadores, se había radicalizado durante el estado de alarma por el coronavirus. Los investigadores han acreditado que el arrestado incumplió las limitaciones de movimiento para la "posible búsqueda de objetivos" bajo importantes medidas de seguridad.

La investigación, que ha sido dirigida desde el Juzgado Central de Instrucción número 4 y de la Fiscalía de la Audiencia Nacional, ha sido realizada de manera conjunta con la Dirección General de Seguridad del Territorio (DGST) marroquí y la participación destacada del FBI estadounidense. La cooperación internacional ha sido clave.

La Guardia Civil ha informado de que sobre el detenido existían "referencias de su radicalización y afinidad al Daesh desde hace al menos cuatro años". "Hasta fechas recientes, ese proceso de radicalización se mantenía bajo una apariencia de discreción, tanto desde el plano físico como virtual, que en ningún caso lo identificaban como un actor crítico". Los investigadores apuntan que ha sido durante el estado de alarma cuando ese proceso de radicalización se ha visto culminado, "activándose de manera altamente llamativa y preocupante". Las hipótesis policiales iniciales es que esta activación responde a llamamientos realizados desde la dirección del grupo terrorista para que los actores solitarios asentados en terreno occidental se movilicen y realicen ataques en sus lugares de residencia. Desde la expansión del coronavirus por Europa, han tenido lugar varios ataques terroristas bajo la autoría de actores individuales, acometiendo las mismas mediante el empleo de armas blancas y atropello con vehículos.

El detenido realizaba manifestaciones públicas de su adhesión a los postulados terroristas y de odio a Occidente a través de sus perfiles de redes sociales.

Canarias se encuentra en la zona de vigilancia de posibles terroristas. La última detención se realizó el 22 de noviembre del año pasado en Tenerife. Pero antes también han caído en Gran Canaria y Fuerteventura.