Efrén Hernández, el viajero del vuelo de Iberia Express Madrid-Gran Canaria de este domingo que denunció en las redes sociales que el avión iba casi lleno, asegura que no se midió la temperatura al pasaje antes de embarcar ni se pidió que justificara el motivo de su desplazamiento.

Este periodista de 24 años natural de Gran Canaria regresaba a su isla para "empezar a buscarse la vida" tras acabar el pasado año la carrera que estudió en Madrid, donde ha permanecido los dos últimos meses confinado por la pandemia de la Covid-19.

Ya en Gran Canaria, Hernández ha contado a Efe los momentos de "indignación" y "tensión" que vivió en su vuelo de vuelta a casa, cuyas condiciones para la seguridad del pasaje frente a posibles contagios se vio obligado a difundir en un vídeo y en varias fotografías, porque las consideraba "inaceptables".

Como un compañero de piso había regresado hace diez días a la isla y le había dicho que voló en un avión en el que los asientos centrales de cada fila venían vacíos, Efrén Hernández esperaba encontrarse unas medidas de seguridad similares en su vuelo de este domingo.

Sin embargo, los pasajeros del avión en el que regresó a casa viajaron "todos pegados" e incluso "apelotonados" a la hora de guardar sus pertenencias en los maleteros de la aeronave, para lo que no contaron con la ayuda del personal, asegura.

A Hernández le sorprendió que en Barajas no se tomara la temperatura al pasaje de este vuelo, más cuando embarcaba en una región que sigue en fase 0 de la desescalada y se dirigía a una isla que este lunes estrenaba la fase 1.

También extrañó a Hernández que la tripulación no preguntara a los pasajeros por el motivo de su viaje y que hubiera personas que ni llevaban consigo el cuestionario en el que se han de detallar, en origen, las circunstancias del desplazamiento.

Dos procedimientos, el control de temperatura y la justificación del viaje, que sí tuvieron que cumplimentar, por orden de la Guardia Civil, a su llegada al Aeropuerto de Gran Canaria.

Hernández asegura que ni el resto de pasajeros ni él daban crédito al ver que el avión se iba llenando de gente, que no se separaba a las personas mayores de los niños, como el bebé con el que viajaba una pareja, y que no se dejaran asientos vacíos para garantizar la distancia de seguridad que recomiendan las autoridades sanitarias que gestionan esta pandemia en España.

Ante el nerviosismo de parte del pasaje, que pidió explicaciones al sobrecargo y exigió, sin éxito, la presencia de la Guardia Civil, el comandante de la aeronave intervino por megafonía para asegurar que "la compañía estaba respetando la normativa, que le permitía operar al cien por cien de su capacidad" y recalcar que las medidas establecidas para tratar de frenar la Covid-19 "solo le exigen garantizar la máxima distancia" entre pasajeros.

Hernández estudia ahora si plantea una reclamación a la compañía o eleva su protesta a la presentación de una denuncia formal.

En cualquier caso, confía en que la difusión de este "viaje convulso", que ha dado la vuelta a España y ha llevado al director del Centro de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, a advertir de que si no se mantienen, también en los aviones, las medidas de seguridad, el impacto de esta pandemia podrá ser mayor en zonas turísticas como Canarias y Baleares que en otras de España, "sirva para que estas prácticas no se repitan".

Además, este periodista espera que este episodio obligue a revisar la normativa por la que se rigen las aerolíneas que operan con Canarias desde la península, ya que la compañía que cubre los vuelos entre islas sí está obligada a volar al 50 % de su capacidad.

Efrén Hernández se dispone ahora a pasar un confinamiento de dos semanas en su domicilio de Gran Canaria, donde reside junto a sus padres y una hermana, para lo que espera que el Servicio Canario de la Salud le haga cuanto antes la prueba de detección de la Covid-19, para la seguridad de toda su familia.