Pilar Franco Cazorla, Pilarito, como la conocíamos, nos dejó el 23 de febrero de 2020, y hasta la calima más profunda se acercó a despedirla en ese día.

Nos dejó apacible y silenciosamente como vivió, dedicada generosamente a su familia y amigos. Entre sus muchas virtudes destacaría su alegría, nobleza y humildad y la dedicación a quienes le rodeaban.

Recordaba a menudo su infancia y juventud en Juan Grande, mostrando las fotografías de excursiones con las otras jóvenes del pueblo a Juncalillo y al Faro de Maspalomas cuando todavía no había llegado el turismo y sus viajes a Fataga para visitar a sus familiares. Luego se trasladó a vivir a Vecindario.

Le encantaba recordar esos viajes de juventud con sus compañeras del Colegio de las Dominicas por la Península, con alguna de ellas conservaba todavía una gran amistad, como con Pino Matos, que era más que una hermana, Dolores Berriel, y Lolita Francisca. Parte de su tiempo lo compartía también con sus amigas del Sur: Celita, Ana María Alí, Fefita, Juanita. Rafaela y Sarito Bolaños.

Para ella era muy importante su compromiso con la Iglesia, heredado de su madre Anita Pilar y Lolita García Jiménez, la prima de su madre que la acompañó toda su vida.

Disfrutaba charlando sobre sus hijos y su hermano Pedro que estaban fuera de la isla y escribiendo sus vivencias en las que reflejaba un estilo sencillo y tierno.

Siempre que tenía ocasión publicaba en el periódico una despedida recordando a quienes nos dejaban definitivamente. Lo hacía con mucho cariño, dando ánimo a quienes quedábamos por aquí. Procuraba reflejar el nombre de todos los familiares y amigos del difunto como una forma de expresar su sentimiento.

A Pilarito, le había precedido en su marcha su esposo Vicente Romero Suárez y sus hijos Pedro y Bartolo.

Fue acompañada en sus últimos momentos por sus hijos Inma, Bernardo y Tini y su yerno Manolo y aunque su hijo José Antonio que viajaba a Gran Canaria a menudo para verla, debido a las circunstancias climatológicas que impedía la llegada y aterrizaje de vuelos, en esos momentos no pudo estar, sí llegó para el funeral.

En su despedida estuvieron muchos familiares y amigos que quisieron acompañar a sus hijos, recordándola con mucho cariño.

Sirvan estas palabras como homenaje.

Descanse en paz.