La Guardia Civil investiga a los organizadores del rallye Villa de Santa Brígida, en Gran Canaria, por no detener momentáneamente la prueba automovilística celebrada a finales de junio para permitir que una ambulancia entrara en el tramo cortado en ese momento al tráfico para auxiliar a un motorista que se encontraba grave, tras sufrir un accidente ajeno a la competición. Los organizadores defienden que todo se debió a una mala comunicación con la sala de emergencias 112 del Gobierno de Canarias.

Los hechos tuvieron lugar 27 de junio. Y, según el relato de la Guardia Civil, el Centro Coordinador de Emergencias recibió el aviso de un accidente de tráfico en el camino El Ancón, de la zona del Bajo Risco (La Atalaya-Santa Brígida), debido a la salida de vía de un ciclomotor. El motorista había sufrido la fractura de ambas muñecas, rotura de los tendones del hombro derecho y erosiones en varias zonas del cuerpo, por lo cual se activó una ambulancia y a la Policía Local de Santa Brígida. Además, según la denuncia que presentó un familiar del accidentado, durante la espera tuvo cuatro pérdidas de conocimiento.

Los agentes municipales declararon en la denuncia posterior que "llegaron al lugar por donde se accedía al lugar del accidente, el cruce de la GC-15 y la GC-80 (que se encontraba cerrado porque era por donde discurría el tramo), al venir la ambulancia desde Las Palmas de Gran Canaria, y que en ese momento se estaba celebrando un tramo de la prueba automovilística Rally Villa de Santa Brígida. Pero que, al solicitar la detención momentánea de la prueba por una razón de urgencia, los responsables correspondientes presuntamente hicieron caso omiso a las órdenes de la Policía Local para que detuvieran el tramo y no iniciasen la carrera los participantes que faltaban por salir en dicho tramo para que fuera atendido y evacuado el herido".

Los policías, según su informe, "procedieron a entrevistarse e identificar a los responsables en concreto de la prueba, y aunque les ordenaron en varias ocasiones que detuviesen la prueba, para que el herido pudiera ser asistido, presuntamente hicieron caso omiso a las órdenes de dichos agentes".

La Guardia Civil de San Mateo escuchó los días 16 y 24 de julio las declaraciones de dos personas relacionadas con la organización de la prueba deportiva. Y, tras oír a las partes, decidió investigarles como presuntos autores de sendos delitos de omisión del deber de socorro y desobediencia a los agentes de la autoridad, al continuar con el desarrollo del citado rallye para que una ambulancia asistiera a esa persona herida en un siniestro vial.

David Espino, uno de los organizadores de la escudería DGJ Sport Team, manifestó ayer que todo se debió a una mala comunicación con la sala 112, y que tratarán de demostrarlo ante el juez con la correlación horaria de lo sucedido ese día, sin profundizar en más detalles de su defensa.