Más allá de los rigores del calor o de la inquietud que está generando entre la población la segunda ola de la pandemia del coronavirus , la comidilla ayer entre los vecinos del municipio tinerfeño de La Matanza de Acentejo no era otra que el atraco protagonizado por dos encapuchados en una oficina bancaria, un suceso que por lo inhabitual generó cierta inquietud y también dio pie a múltiples comentarios.

Los hechos tuvieron lugar pasadas las 13:40 horas de ayer, viernes, cuando dos personas encapuchadas y enmascaradas, aprovechando las preceptivas mascarillas para cubrir sus rostros, provistos además de gafas de sol y cubiertos por gorras, accedieron a la oficina bancaria que está ubicada en el bajo del número 914 de la Carretera General del Norte. En ese momento no había clientes en la entidad, en la que sólo se encontraban dos empleadas.

Uno de los asaltantes portaba un arma de fuego con la que amenazó a las mujeres, exigiéndoles que les entregaran el dinero, pero debido a las medidas de seguridad que ponen en práctica todos los bancos, como es el caso del retardo en la apertura de las cajas fuertes, y eso unido al nerviosismo que manifestaban los encapuchados, ansiosos por escapar cuanto antes con su botín, se contentaron con llevarse las monedas, la calderilla, con la que operaban las cajeras, apenas unos 200 euros.

Después de encerrar en uno de los despachos de la oficina a las dos mujeres, que afortunadamente no sufrieron ningún tipo de lesión, salvo el enorme susto de ser protagonistas involuntarias de un atraco, los asaltantes abandonaron precipitadamente el lugar con su exigua bolsa. Habían transcurrido unos seis minutos desde el momento en el que accedieron al interior de la oficina. Ambos, vistiendo pantalones cortos y calzado deportivo se lanzaron a la carrera hacia un vehículo de marca Volkswagen tipo Golf, de color burdeos, con el que abandonaron precipitadamente el lugar en dirección hacia Santa Cruz por la autopista TF-5.

Hasta la oficina bancaria se desplazaron efectivos de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, en concreto varias patrullas de la Guardia Civil, así como también unidades de la Policía Local del municipio de La Matanza, que recorrieron las calles de la localidad en busca de algún indicio sobre los atracadores.

Tras conversar con las dos empleadas y tranquilizarlas, los agentes de la Benemérita intentaban determinar si el arma esgrimida por los atracadores era una pistola simulada o real.

A la oficina se acercaron, asimismo, tanto la directora de Recursos Humanos de la entidad como el director de Seguridad.