El director insular de la Administración General del Estado en Lanzarote, Orlando Suárez, señaló este sábado sobre el incidente protagonizado el viernes por la tarde entre un policía de paisano -que llegó a sacar la pistola- y un grupo de simpatizantes saharauis que "el agente tenía que garantizar su seguridad" y que ese "fue un gesto para que no lo acorralaran". Suárez argumenta que, según sus informaciones, el agente recibió algún empujón y alguna patada y se le produjeron varios rasguños y rotura de ropa.

Por su parte, uno de los miembros del colectivo prosaharaui presentó ayer una denuncia en el juzgado de guardia por los hechos. En la denuncia se relata que el policía de paisano, junto a un acompañante, se intentó apropiar de su cámara.

Los hechos ocurrieron en una cafetería de la calle Ginés de Castro y Álvarez, en Arrecife. El colectivo saharaui había convocado una concentración en el Cabildo viejo para recibir a los 12 niños saharauis que han llegado a pasar las vacaciones a Lanzarote y reclamar justicia en el caso de Said Dambar, el joven que falleció por un disparo de la policía en El Aaiún en diciembre. El agente, de paisano, con gorra y equipo de fotografía, estaba en una cafetería sacan-do fotos de los asistentes a la concentración. Fuentes del colectivo saharaui señalan que esta persona, de la que desconocían que fuera policía, siempre se encuentra en los alrededores de todas las concentraciones que organizan.

Mediación

Un grupo de asistentes fue a increparle y, en ese momento, el agente sacó la pistola diciendo que era policía. Después, la guardó y se metió dentro de la cafetería. Algunos miembros de la plataforma Democracia Real Ya, que realizaban una asamblea en esos momentos también en el Cabildo viejo, mediaron para intentar solucionar el conflicto, que finalizó cuando llegaron tres agentes de la Policía Local.

El colectivo saharaui señaló que la concentración estaba autorizada verbalmente por la Dirección insular del Gobierno, mientras que el director insular, Orlando Suárez, lo niega y dice que la concentración no estaba autorizada oficialmente porque se presentó la solicitud fuera de tiempo, pero que sí se avisó a las fuerzas de seguridad.

Suárez señala que el agen- te estaba haciendo su trabajo, junto a otros compañeros, y que siempre se ha sido flexible con estas concentraciones "porque los saharauis siempre han sido muy correctos en su comportamiento".