Una retroexcavadora del Ayuntamiento de Santa Lucía apagó en la mañana de ayer el último de los cinco incendios que se originaron durante la noche del sábado y la madrugada del domingo en los municipios de Agüimes y San Bartolomé de Tirajana. El humo, que antes de ayer afectó a la operatividad del aeropuerto, se introdujo en las viviendas de Casa Pastores, lo que hizo que el consistorio tuviera que actuar para así poder apagar las llamas.

Los bomberos del Consorcio del parque de Arinaga ya habían advertido durante la jornada dominical que con el uso del agua no se iba a poder extinguir los incendios, que se irían consumiendo durante el día hasta carecer de material ignífugo. Así, a primera hora de la mañana, la maquinaria del citado ayuntamiento acudió hasta el fuego que aún estaba latente entre los restos de poda y la tierra en el antiguo vertedero de Agüimes para proceder a enterrarlo, según indicaron fuentes de los recursos que intervinieron en los servicios.

Las quejas de los vecinos de las localidades colindantes, sobre todo las que se encuentran en el linde con el municipio de Santa Lucía al desplazar el viento el humo y lo malos olores hasta sus domicilios, hizo que el consistorio tuviera que actuar. Los bomberos, por su parte, apoyaron las tareas con el enfriamiento de la zona. Los trabajos acabaron en torno a la una de la tarde, aunque aún queda otro incendio activo desde hace meses en la zona de Vargas, también dentro del municipio de Agüimes, que continúa quemando el combustible que allí se acumula a la espera de que las retroexcavadoras remuevan la tierra para así 'ahogar' a las llamas. El humo de este fuego llega en determinadas ocasiones hasta las casas de Playa de Arinaga.

Una de las fuentes consultadas apuntó que el material que arde son restos de la agricultura de las tomateras de la zona que están acumulados de manera incontrolada en los terrenos, cuando deberían de ser trasladados hasta los centros mediambientales. Asimismo, indicó que estos incendios se producen casi todas las semanas y generan un problema de salubridad porque durante la combustión se queman químicos agrícolas utilizados para los tratamientos de plagas, así como plásticos y material tóxico. "Esto es un problema de salubridad que debe ser atajado eliminando el combustible, si no existieran esos vertederos ilegales se acabarían estos incendios", sentenció.

Ese problema también ha afectado a la operatividad del aeropuerto de Gran Canaria. Ya el pasado domingo, dos vuelos procedentes de Valencia y Madrid tuvieron que ser desviados a Fuerteventura y Tenerife Sur por la baja visibilidad ocasionada por el humo, que se agravó con las obras en las ayudas al aterrizaje que se están llevando a cabo en una de las pistas. Los controladores decidieron además cambiar el sentido de aterrizaje de norte a su en vez del habitual sur-norte para evitar más incidencias.