El autor confeso del crimen de Yurena López aseguró este lunes ante el juez que acabó con la vida de la que era su pareja tras mantener una discusión, pero niega que el origen del pleito haya sido por celos o porque ella quisiera separarse de él. Según el acusado, la víctima le recriminó que no la llevara a unas prácticas de conducir y aseguró que ella le atacó primero con una navaja. 

En la primera sesión del juicio con jurado popular que se sigue en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Las Palmas en contra de Víctor Ayoze Gil, de 38 años, por haber estrangulado hasta la muerte a su novia Yurena López, de 23 años, el procesado declaró que ese día, sobre las 7.18 horas, fue a echarle comida a los perros que tiene en la finca propiedad de sus padres y al terminar se marchó a la vivienda en la que convivía con sus progenitores y la víctima en Lomo Magullo, Telde. Al llegar al domicilio, a las 8.30 horas, el autor del crimen aseguró que su pareja comenzó a recriminarle porque se le hacía tarde para llegar a sus prácticas de conducir y que todo empeoró cuando él le dijo que no la llevaría a la escuela.

“Ella me empujó, después yo la empujé y ella cogió una navaja que había en la mesa de noche”, narró el encausado. Acto seguido, explicó que le quitó el arma blanca y la estranguló estando los dos de pie. Sin embargo, según el Ministerio Fiscal, representado por María Luisa Ordoñez, esta es la cuarta versión que da el investigado sobre los hechos ocurridos el 31 de marzo de 2017. Además, el objeto penetrante al que hizo referencia el investigado,no contenía las huellas de la joven. 

Ordoñez añadió en sede judicial la primera versión que contó Víctor Ayoze Gil, en la que relató que la víctima le había arañado, después él la empujó y la cogió del cuello porque ella agarró una navaja. En otra ocasión dijo que había sido un bofetón.

A esto, el principal acusado respondió que no era preciso con esos datos porque, aunque sabe que lo que hizo “no hay por dónde cogerlo, no he querido saber nada del tema”. “No me he leído ni el sumario”, afirmó. Insistió ante las acusaciones en que “jamás” había discutido con la víctima, que no la controlaba, que no era celoso y que no estaba al tanto de que ella quisiera dejarle. “Ojalá me condenen a 500 años si eso llega a demostrarse”, puntualizó Gil.

“No tenía razón para matarla, me cegué, no deje de apretarle el cuello y la maté”, enfatizó el acusado a la vez que manifestó que la navaja no tenía huellas de Yurena porque él la limpió y la guardó.

Tras matarla, el procesado narró que limpió la habitación porque quería esconder el cuerpo para que sus padres, que regresarían a casa al mediodía, no lo vieran. También utilizó el móvil de la víctima para hacerse pasar por ella y que nadie descubriera que estaba muerta. 

Tras desnudarla y envolver su cuerpo en bolsas, film y cinta americana, supuestamente sin ayuda de nadie, metió el cadáver en el maletero de su coche y lo llevó a la finca de sus progenitores. Me quedé sentado una hora y media y después me marché caminando a casa de mis padres y le conté lo que había pasado a mi madre”, indicó. En el trayecto a la comisaría a la que acudió con su progenitora, Gil llamó a la hermana de la víctima y le dijo que la había matado.

En cuanto al presunto encubrimiento por parte del otro acusado, José Manuel H., Víctor Ayoze aseguró que este no le ayudó en nada pese a que ambos manifestaron que estuvieron durante varias horas de ese día en comunicación telefónica e incluso se vieron en diversas ocasiones. El supuesto cómplice recalcó que sí acompañó a su amigo a comprar la cinta americana pero que éste no se lo pidió, sino que decidió bajarse del coche y hacerle el favor ya que Gil no tenía donde aparcar.

“Él no me está obligando a decir nada, no le tengo miedo. Esto lo hice yo y estoy condenado por ello desde el minuto cero”, reiteró el autor del crimen. Por su parte, José Manuel H. negó haber ayudado al encausado y aseveró que cuando Víctor Ayoze le confesó los hechos este le reclamó. “Le dije que me había metido en un problema, que yo llevaba sólo seis meses en libertad. Yo no me dedico a eso. Soy un bandido, ladrón y peleón”, apostilló. 

La fiscal pide 22 años de cárcel para el autor del crimen ya que calificó los hechos como un delito de asesinato, pues según sus investigaciones el principal acusado atacó a Yurena de forma sorpresiva, la lanzó contra la cama y la ahorcó porque ella iba a dejarle. Una tesis que también comparten las acusaciones particular y popular aunque estas piden 25 años de cárcel. Respecto a la petición de pena para el supuesto cómplice, todas ellas piden tres años de prisión por encubrimiento. La defensa de Gil aumentó su petición de 12 a 15 años por un delito de homicidio, mientras que la de José Manuel H. pidió la libre absolución de su cliente. El juicio continúa este martes con la comparecencia de testigos.