La madre de Yurena López, Lidia Henríquez, aseguró este martes entre lágrimas que su hija quería separarse de Víctor Ayoze Gil, que este la tenía controlada y que un día le pidió que no la llamara porque él escuchaba sus conversaciones. “Mamá, estás loca, que está él aquí, al lado mío” fue uno de los mensajes que Yurena le envió a su progenitora. De hecho, según aseguró la madre de Yurena López, el día antes del crimen la joven le comentó que ya había hablado con Víctor Ayoze Gil y que este le ayudaría a recoger sus cosas para que ella se mudara de casa. “Me dijo que me quedase tranquila, que él aceptaba la ruptura”, recordó la mujer entre sollozos.

Las declaraciones las realizó este martes Henríquez en la segunsa sesión del juicio que se celebra en contra de Víctor Ayoze Gil, de 38 años, en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial, en el que se le imputa el delito de asesinato con las agravantes de parentesco y género por haber acabado con la vida de su novia Yurena López el 31 de marzo de 2017 en Lomo Magullo, Telde. 

Otros de los testimonios más significativos fue el de Mercedes, la mujer del presunto cómplice del crimen, José Manuel H., que declaró que Víctor Ayoze Gil amenazaba a la víctima y que la joven se sentía agobiada porque este no aceptaba la ruptura de la relación sentimental que ambos tenían. La testigo manifestó que cuando su marido llegó a casa le contó el crimen que había cometido su amigo, así como que Gil estaba al tanto de la relación que tenía la víctima con otro chico y que le había revisado el móvil. La mujer del presunto encubridor narró que en una ocasión la víctima quiso terminar la relación con el principal acusado pero este optó por llevarla a un barranco y una vez estando en el lugar le espetó que si lo dejaba, él la iba a hacer desaparecer.  

“Ella se quería ir pero él le pedía que se quedara”, explicó ante el tribunal. Asimismo, relató que la víctima, a la que conocía desde que era una niña, le había dicho que llevaban siete meses separados. “Me dijo que se sentía controlada por él, que la llevaba a todos lados. Yurena seguía con Ayoze porque él se lo pedía”, reiteró. A su juicio, la joven seguía con el autor del crimen porque “se sentía amenazada”. 

“Una tila”

Con respecto a la participación de su marido en el encubrimiento del cadáver, Mercedes aseguró que no sabía lo que había hecho ese día José Manuel H. en los momentos en los que estuvo acompañando a Víctor Ayoze Gil. “Sé que estuvieron en la ferretería, pero no sé a dónde fueron porque yo no estaba con ellos”, insistió la testigo, a la vez que añadió que su pareja llegó blanco y nervioso a casa porque el autor del crimen le había contado los hechos. “Tuve que hacerle un tila para que se calmara y después nos trasladamos a comisaría a denunciar los hechos como hace cualquier persona cuando les confiesan algo así”, aseveró.

Por su parte, la madre de Ayoze, Águeda González, reseñó que le confesó que mató a su pareja porque discutieron después de que este le diera una patada a uno de los perros. Una versión que es diferente a la que ha dado el autor confeso sobre lo ocurrido ese día. 

La testigo añadió que no vio a Yurena antes de irse a trabajar y que en la vivienda donde residían el acusado y la víctima no había ningún animal ya que todos estaban en la finca de su propiedad. La testigo señaló además que su hijo llegó a casa por la tarde y ella tras verlo nervioso le preguntó qué le sucedía. “Él se puso a llorar y me dijo: mamá, se me fue de las manos, lo siento”, relató. A su vez narró que el procesado, tras contarle lo sucedido a ella y a su marido, decidió bañarse y cambiarse de ropa para posteriormente ir a comisaría. 

Con respecto a dónde se encontraba el cadáver de Yurena, la madre del encausado dijo que intentó buscarla en la habitación para ver si todavía se podía hacer algo por la joven, pero su vástago le indicó que “ella ya no estaba ahí”. La testigo que manifestó que no conocía al supuesto cómplice de su hijo, José Manuel H., y reveló que el autor del crimen solía acudir acompañado de Yurena a la finca donde se encontró el cuerpo de la víctima. “A los dos les encantaba ir a pasear y darle de comer a los perros”, expresó entre sollozos.

Amenazas desde el 2015

Vanesa López, hermana de la víctima también hizo énfasis en que su hermana tenía intención de romper con el principal acusado e irse a casa de su madre para rehacer su vida. “En 2015 ellos culminaron la relación, en esa ocasión él le rompió el móvil con los dientes porque vio fotos de ella con otro chico y me dijo que si ella lo engañaba con otro hombre, él la mataría”, destacó. Esto, explicó la joven, ocasionó que ambas se distanciaran ya que se vio “en medio” del problema. “El asesino confeso me llamaba para decirme cosas como que si ella me veía en la calle me iba a pegar y que se borraría el tatuaje que tenía con mi nombre”, apuntó.

La testigo expuso que sobre las 18.20 horas del día de los hechos Víctor Ayoze Gil le llamó para citarla y le dijo que había tenido una discusión con Yurena y que esta le había sacado un cuchillo. “Me dijo ‘cuñi necesito verte’. Una vez que llegó en compañía de su madre, yo me metí al coche y él se sentó conmigo detrás, yo le vi los ojos llorosos y unos rasguños en la cara y le fui a dar un abrazo. Él enseguida me apartó y me dijo que se le había ido de las manos”, relató. “Yo no entendía nada de lo que estaba pasando hasta que él me dijo: ‘cuñi que la asfixié y yo solo le pedía que me dijera que era mentira’”, añadió con la voz quebrada. 

Dos veces acudió la hermana de la víctima a la finca donde se escondía el cuerpo de Yurena ya que el autor de los hechos no le confesó en donde había dejado el cadáver, por lo que ella y su madre fueron en un principio a casa del principal acusado pero nadie respondió, así que Vanesa López se fue hasta la parcela “temiendo lo peor”. “Le di golpes al maletero cuando vi el coche de Ayoze aparcado ahí y una sábana blanca en los asientos, la llamé muchas veces pensando que podía estar viva y encerrada, pero no contestó y me fui”. A las horas y tras la confesión del acusado, la policía acudió a esa finca y encontró el cuerpo dentro del maletero del vehículo.

Una empleada de la autoescuela a la que iba la víctima declaró que ella le había hablado de los problemas con su novio. “Me dijo que él la tenía controlada y yo le dije que lo denunciara pero ella me insistió en que se pondría peor. Le dije que podía hacer yo la denuncia pero no quiso porque ella creía tener todo planificado para dejarlo. Incluso, justo antes de irse, el móvil le vibró, era él que la estaba esperando en una esquina”, expresó llorando.

Por otra parte, un testigo que declaró tras un biombo tras pedir que los acusados no pudieran verlo, sostuvo que tenía una relación con Yurena en el momento de su muerte y que ella tenía previsto ir a vivir con su madre. Además, comentó que la víctima le había dicho que Ayoze era “violento y le revisaba el móvil”. La mejor amiga de Yurena, Guayarmina Valentín, reveló que la víctima no estaba enamorada del acusado pero que este le pidió que no lo dejase hasta que asimilara la ruptura.

La Fiscalía pide 22 años de cárcel para Ayoze, que confesó haber matado a su novia tras ahorcarla en su domicilio. Mientras, las acusaciones particular y popular piden 25 años. Además, las tres requieren tres años de prisión para José Manuel H. por encubrimiento. La defensa de Gil pide 15 años por homicidio y el letrado defensor del presunto cómplice solicita la libre absolución. El juicio continúa este miércoles.