No bastaron las más de 15 horas que los tres detenidos pasaron en los juzgados de Arucas para que el juez decidiera sobre su situación. La jornada maratoniana de toma de declaraciones comenzó por la mañana con la llegada de María Rosi Y. O., su hijastro Kilian José y su hermano Eduardo Y. O. como presuntos autores del homicidio de José Delgado, el marido de la primera que desapareció hace nueve meses y cuyo paradero aún se desconoce. Al cierre de esta edición, los arrestados todavía permanecían declarando, aunque fuentes judiciales apuntaron que mantenían que eran inocentes de los hechos que se les acusa. La Guardia Civil también detuvo a la suegra del taxista desaparecido, de unos 70 años, quien permanecía en libertad aunque acudió ayer a los juzgados para declarar por un caso que ha conmocionado al municipio de Teror donde residía el matrimonio.

A las nueve de la mañana, los tres arrestados entraron por el juzgado del norte de la Isla a la espera de un día que ya se barruntaba que iba a ser largo ya que las primeras declaraciones estaban previstas para la tarde. No obstante, había una cuarta persona implicada en la investigación de la Policía Judicial: la madre de Rosa María Y. O., quien fue llamada a declarar a las seis de la tarde. Ella fue la primera en responder a las preguntas del juez ya entrada la tarde y lo hacía en calidad de detenida, pese a que había permanecido en libertad los dos últimos días.

La familia del taxista asegura que sospechó de su mujer desde el principio

Fuentes judiciales precisaron que posteriormente estaba previsto el turno de las otras tres personas. El juez fue llamándolos a partir de las nueve de la noche, cuando empezaron a desfilar junto a sus respectivos abogados de oficios. Estas mismas fuentes precisaron que todos ellos se habían negado a declarar en dependencias de la Guardia Civil, pero que mantenían que no tenían nada que ver con lo ocurrido el pasado 9 de diciembre, cuando José Delgado fue visto por última vez.

En las afueras de las instalaciones judiciales, familiares tanto de José Delgado como de los cuatro arrestados esperaban durante horas, ya desesperados, a recibir información sobre la situación en la que se quedaban los apresados. Los primeros aseguraban que tenían sospechas de la implicación de Rosi, como es conocida la mujer del desaparecido, desde el primer día, como reconoció Sheila Rodríguez, sobrina de José Delgado. “Hubo muchas contradicciones, muchas versiones diferentes” durante los primeros días, apuntó Rodríguez, quien destacó que pese a que su tío fue visto por última vez el lunes, 9 de diciembre, su mujer no lo puso en conocimiento a la familia hasta el día siguiente y no interpuso la denuncia en el puesto de la Guardia Civil de Teror hasta el miércoles. “No participaron en la búsqueda”, apuntó otro miembro de la decena de familiares de José Delgado presentes en el juzgado. En las labores de rastreo sólo fue visto Kilian José, el hijastro y uno de los detenidos como presunto autor de un homicidio y de obstrucción a la justicia por esconder información fundamental para resolver la desaparición.

Más de decena de familiares esperan durante horas a conocer la decisión del juzgado

Por otro lado, los familiares de los cuatro arrestados defendían la inocencia de estos. Alba, pareja de Kilian José, aseguró que éste quería a José Delgado “como un padre”, aunque reconoce que “tenían sus cosas entre ellos”, refiriéndose a discusiones que entiende pasan de manera habitual en cualquier familia. Elena, prima de Rosi, también defendió la inocencia de los detenidos. “Rosi quería mucho a José, estaba enamorada de él”, apostilló. La relación entre ambos, como destacó Elena, era ejemplar hasta que se produjo la desaparición. “Eran felices”. Nos obstante, el marido compró a su mujer un coche tipo furgoneta poco meses antes de que se perdiera su paradero y habían ido de viaje a Fuerteventura antes de que lo que se preveía que iba a ser unas navidades buenas, era el momento en que Delgado iba a tener mucho trabajo con su taxi.

Todo se truncó aquel lunes 9 de diciembre cuando, según la versión que dio ayer Elena y que declaró su prima Rosi, el profesional del taxi salió de la vivienda a media tarde sin que ella se percatara al encontrarse durmiendo la siesta. Una joven, que aseguró ver por última vez a José Delgado, detalló que él iba caminando por una carretera local en dirección al barranco del Pino, con un pijama, unas zapatillas de estar por casa y descalzo. Aquello le chocó. Ya después, nada se supo de él.

La Guardia Civil abrió una investigación a los pocos días al comprobar que la desaparición no había sido voluntaria, judicializándola y declarándose, posteriormente, secreta por parte del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de Arucas, que es el que dirige las pesquisas.

La principal novedad se produjo durante el confinamiento. Rosi, en una limpieza de su casa, movió un mueble y del mismo cayó un móvil. Era el de José Delgado, que desde el día de su desaparición había aparecido como apagado. Nadie lo había encontrado. Ni la Guardia Civil durante los registros que había realizado en la vivienda, ni la propia Rosi durante al menos cuatro meses. Esto hizo que las sospechas que la familia de José Delgado tenía en torno a su mujer se acrecentaran. Los agentes analizaron el aparato, pero no hubo más movimientos hasta principios de esta semana cuando agentes del Equipo de Análisis de Comportamiento Delictivo , conformado por especialistas en psicología y criminología, llegaron desde Madrid y empezaron a entrevistarse con familiares tanto del desaparecido como de los cuatros detenidos.

El miércoles se produjeron las detenciones y los primeros registros. Según las fuentes consultadas, no se halló nada que relacionase a los arrestados con la desaparición. Al día siguiente se rastreó con una retroexcavadora un terreno de la familia de los detenidos en El Palmar donde se sospechaba que podía estar enterrado el desaparecido. No se obtuvo ninguna información relevante. Durante la mañana los componentes del Giors, una organización especializada en rescate, peinó la ladera situada frente a la vivienda del matrimonio en el barrio de La Guanchía. Y por la tarde se hizo lo mismo en el barranco de Teror, a la altura del nuevo puente. Los trabajos fueron infructuosos. No había pistas del paradero del taxista.

Los tres detenidos, que se negaron a declarar ante la Guardia Civil, mantienen su inocencia, según fuentes judiciales. Aseguran que no tienen nada que ver con la desaparición. Ya el pasado miércoles, Kilian José durante su detención aseguró a su novia Alba: “Yo no fui”.Una decena de familiares de José Delgado y al menos cinco personas allegadas de los cuatro detenidos esperaron durante prácticamente toda la tarde y la noche para tener algún tipo de información sobre el caso. La suegra del desaparecido, de unos 70 años, fue la última en aparecer, por su propio pie, en sede judicial en calidad de detenida para declarar ante la autoridad judicial. Elena, una sobrina suya, acudió a llevarla y esperaba en la escalinata de acceso al edificio a que acabara la declaración. Arriba, labores de búsqueda con una retroexcavadora en un terreno familiar de El Palmar el pasado jueves y, a la izquierda, Rosa María Y. O. en una captura de un vídeo captado desde una ventana durante su entrada al juzgado. |