¡Hemos perdido a Fernando! ¡Estamos abatidos! Sin embargo, no podemos quedarnos callados.

En una entrevista que le hicieron en 2010, publicada en Auditoría Pública: revista de los Órganos Autónomos de Control Externo, describieron a Fernando como «un apasionado de la economía, de la naturaleza y seguro que también de lo público.» Nos atrevemos a corregir al entrevistador. Fernando, “amante de su familia, apasionado de la naturaleza, de lo público y de la economía.” Al menos, así le conocimos nosotros y nosotras.

Nos contaba de sus pateadas por los senderos y cumbres de Gran Canaria. Sufrió los últimos incendios en Gran Canaria como si hubieran ocurrido en carne propia y conforme se recuperaba el monte nos contaba, con la ilusión de un niño, lo que veía y nos enviaba fotos por el móvil. Por algo fue Consejero de Política Territorial del Gobierno de Canarias en 1995.

¿Qué podemos decir de la pasión de Fernando por la economía? Cuando hablábamos de temas de economía, relacionados o no con la educación, compartía su buen criterio con maestría. Por algo esa fue su especialidad, y por algo estuvo vinculado al Consejo Económico y Social de Canarias (CES) desde 2001, siendo su presidente de 2007 hasta 2015, más allá de su edad de jubilación.

Sin duda, Fernando, era un apasionado por lo público. Lo demuestra su militancia política desde joven y su participación en la política institucional como Diputado regional en 1991 durante una legislatura. Y su disponibilidad para asumir responsabilidades de gobierno y asesoramiento, primero en el Gobierno de Canarias y, tiempo después, en el CES. Los últimos años tuvimos el privilegio, de lo cual éramos muy conscientes, de tenerlo en la Plataforma del 5% del PIB para Educación. Participó como un componente del grupo más. Poniendo en común ideas, discutiendo textos, asistiendo a entrevistas institucionales y a entrevistas de prensa. De lo que nunca fuimos conscientes fue de la posibilidad de perderlo prematuramente.

A Fernando le apasionaban la historia -era socio del Museo Canario- y también la música -en su juventud fundó un grupo de música, era músico aficionado y asiduo del Festival de Música de Canarias.

Siempre nos contaba cosas entrañables de su familia, emocionado con recuerdos de su esposa, orgulloso de sus hijos e hijas, y abuelo lleno de ternura con sus nietos y nietas.

Más allá de todo, Fernando era un amante de la vida y la vivía con alegría y sentido del humor.

Echaremos de menos tu criterio ponderado, tu pasión, tu humor, tus ganas de vivir.

¡Te echaremos siempre de menos, Fernando!