La borrasca Filomena ha golpeado fuerte en la Península, dejando incomunicadas a varias comunidades autónomas, y aunque Canarias no ha experimentado apenas la inclemente fuerza de la borrasca, sí ha sido víctima colateral de su asolador paso por el resto de España. La nieve y el hielo obligaron ayer a cerrar el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas, lo que supuso cancelar los 42 vuelos –13 en Gran Canaria, 12 en Tenerife Norte, tres en Tenerife Sur, ocho en Lanzarote, cuatro en Fuerteventura y dos en La Palma– que unían las Islas con la capital, dejando a miles de canarios en tierra, pues se prevé que el aeródromo no pueda retomar sus operaciones hasta hoy por la noche.

Las operaciones afectadas en Canarias durante la jornada de hoy serían 41 –están previstas 13 en Gran Canaria y otras 13 en Tenerife Norte, tres en Tenerife Sur, ocho en Lanzarote, dos en Fuerteventura y otras dos en La Palma. Iberia ya anunció ayer que cancela todos los vuelos con destino u origen en Madrid al menos hasta las 23.00 horas –hora peninsular–.

La mayor parte de canarios que se han quedado sin poder viajar son estudiantes que regresaban a la Península después de las vacaciones navideñas. Muchos de ellos tendrán que empezar más tarde sus clases o incluso perderse algún examen, pues algunos no lograron conseguir plaza en un avión hasta el viernes.

Mejor suerte corrió Ana Alemán, una joven de 24 años que estudia en la Universidad Complutense. Ana consiguió recolocarse en un vuelo que parte mañana por la tarde, pero desde luego no fue gracias a la labor de Air Europa, la compañía aérea con la que viajaba y que no dio señales de vida. “A otras compañeras les avisaron el viernes de que les cancelaban el vuelo, así que pudieron organizarse bien, pero en mi caso ni nos mandaron un mail ni nos llamaron, sino que nos enteramos dos horas antes porque busqué el estado del vuelo en la página web y comprobé que estaba cancelado”. Esta estudiante de un máster de Lengua Francesa Aplicada se lamenta de que perderá las clases de mañana en un periodo crucial, pues se encuentra en plena época de exámenes.

También en tierra se tuvo que quedar Óscar Rivero, un joven de 28 años que mañana tenía previsto iniciar la formación militar en la base aérea de Getafe. En un inicio, Óscar tenía un vuelo a Madrid ayer a las 9.15 horas con Ryanair y a pesar de que la compañía no les avisó de la cancelación de su vuelo, curiosamente en la tarjeta de embarque éste ya aparecía con la fecha de hoy domingo. “En la oficina del aeropuerto ya nos avisaron de que no nos podían garantizar que el avión vaya a despegar porque estaban pendientes de la nieve y de cómo se encontrara Barajas”. Algunos compañeros de Sergio empezaron a estudiar alternativas para llegar hasta Madrid, como volar a otra ciudad y luego coger una guagua o un tren, pero al ver que todas las conexiones terrestres estaban anuladas, descartaron esta idea. Afortunadamente, Óscar pudo cancelar sin problema el alojamiento que había reservado a través de Booking y también el Ejército le puso todas las facilidades , pues cambiaron el día de entrada de la formación militar del lunes al miércoles.

“Situación complicada”

El cierre de Barajas no sólo dejó los aviones en tierra, sino que además desvió al Archipiélago varios vuelos internacionales que tenían previsto aterrizar en Madrid. Las aeronaves de Iberia procedentes de Cali y Santo Domingo se desviaron a Gran Canaria, mientras que otra que venía de La Habana terminó en Tenerife Sur. El ministro de Transportes, José Luis Ábalos, explicó en rueda de prensa que el aeropuerto madrileño seguirá cerrado hasta que se constante que se dan las condiciones óptimas que permitan reanudar las operaciones. “La situación sigue siendo complicada ya que la seguridad aeronáutica exige unas condiciones que no se dan en la carretera, por lo que no se pueden reanudar las operaciones si hay nieve en los márgenes o el nivel de rozamiento no es el óptimo”, explicó el titular de Transportes.

Aena y Enaire se reunirán a lo largo del día de hoy para valorar la situación y analizar si se puede reestablecer los servicios. La prioridad ahora, señaló Ábalos, es garantizar la presencia del personal crítico, como los controladores aéreos, para poder reanudar la actividad inmediatamente en cuanto se pueda. Aunque ya hay dos pistas despejadas, los gestores de las infraestructuras aeroportuarias defendieron que los protocolos son “muy estrictos y que se esperan heladas” que pueden alterar la situación.