Llegaron al establecimiento y pidieron media ración de croquetas variadas, otro plato denominado torre de batata, media de huevos gomeros y medio litro de vino blanco, todo ello acompañado del correspondiente pan y mojo. Este regalo para el paladar debió parecerles poco a unas comensales que pretendieron que también lo fuese para el bolsillo. Y es que, de improviso, se levantaron y salieron a la carrera para ahorrarse 23,6 euros. Ocurrió en el Guachinche Como en Casa, en la Cruz Chica, y podría ser un caso más de clientes que se van sin pagar si no fuese porque las autoras, dos mujeres jóvenes, erraron en la maniobra y en su huida se dejaron atrás un teléfono móvil. La publicación de la historia -con fotografía de la cuenta y el móvil olvidado incluida- por parte de los responsables del negocio en Facebook la convirtió ayer en viral.

Cuando vengan a por el móvil

“Ahora les planteo una pregunta: ¿qué hago cuando vengan a buscar el móvil?”, formulaban a los usuarios desde el establecimiento en un post que a primera hora de la tarde de este miércoles acumulaba más de 600 reacciones y superaba los 350 comentarios, y que se fueron aumentando a medida que iban pasando las horas. El enfado se debía en parte a que, aunque este ha sido más llamativo que otros, no es primer simpa que sufren en el Guachinche Como en Casa. “No podemos permitir esto más. Estamos cansados. Cada semana nos pasa una o dos veces. La hostelería está sufriendo mucho para que encima los clientes nos hagan esto”, lamentaron a través de la publicación de Facebook.

Según su relato, desde una mesa cercana incluso trataron de avisar a las clientas de que se habían dejado atrás el móvil, pero no fue posible. Salieron del local raudas y veloces. “Es que todo esto nos da mucha rabia porque estamos trabajando muy bien, y que se rían de nuestra profesión así…”, expusieron desde Como en Casa. Avanzada la tarde, el dueño, Rommel Santana, no salía de su asombro. Según apuntó, le sorprendía lo insólito del hecho y también que se sigan produciendo de forma frecuente acciones de este tipo, y paralelamente admitía que no esperaba el impacto que tuvo en las redes sociales.

¿Y qué pasó después? Rommel señaló que la madre de una de las chicas llamó al móvil y él respondió para indicarle que tenía el teléfono allí. “Le dije que su hija se había ido corriendo y sin pagar la cuenta; se quedó muy sorprendida”, manifestó el propietario de este guachinche lagunero. “Nos dijo que hoy [por ayer] venía a cancelar la cuenta y que nos pedía mil disculpas y que se avergonzaba un montón”, expresó.

Hechos que “fastidian”

Aunque Rommel Santana reconoció que “la cosa quedó más o menos bien”, añadió que este tipo de circunstancias le “fastidian” bastante tanto a él como a su equipo. “Cada vez que ocurre algo así me tienen que estar dando su versión de los hechos”, expuso sobre estos simpas, como coloquialmente se suele denominar desde hace años a estas prácticas a las que también se les conoce como dejar el muerto. Por las características físicas de las autoras y los episodios vividos por otros amigos suyos del sector de la restauración, el dueño de Como en Casa no descarta que lo vivido el martes en su negocio sea algo más que un hecho aislado.

A pesar de todo, trató de sacarle una lectura positiva a esta experiencia. “Al final es una cosa mala pero que puede ser hasta buena”, apuntó en alusión a lo que ha sonado el nombre de empresa en los dos últimos días debido a la viralización en las redes sociales. No en vano, Rommel incluso llegó a entrar en directo ayer en una entrevista radiofónica en la COPE y la historia de estas comensales a la fuga y su negocio fue objeto de varias publicaciones en medios escritos.