"No conozco de nada a esas chicas, no sabía ni de su existencia". El estudiante acusado de robar el teléfono móvil de una adolescente y acceder ilícitamente a la cuenta de Instagram de una amiga de esta chica para colgar una foto de contenido sexual lo negó ayer tajantemente en el juicio celebrado en Vigo. La investigación policial lo señaló a él ya que la wifi desde la que se realizó la conexión era la de su vivienda, situada cerca del instituto donde todos estudiaban. El joven alegó que cualquiera pudo haber hackeado la red y que además él mismo le había dado la contraseña de la misma a su entonces novia. Esta chica, de hecho, lo exculpó y, aún sin reconocer la autoría del delito, sí admitió que tenía acceso a la wifi del investigado, que llegó a sus manos el teléfono en cuestión y que no se llevaba bien con la víctima.

La vista se celebró en el Juzgado de lo Penal número 2 de Vigo. El joven se enfrenta a dos años y medio de cárcel y al pago de 900 euros de multa al acusarlo la Fiscalía de un delito contra la intimidad, otro contra la integridad moral y otro más de hurto. Los hechos se remontan a hace ya casi tres años, cuando a una joven estudiante de un instituto de la calle Aragón de Vigo le desapareció, a media mañana, el teléfono móvil de clase. Un terminal Huawei que según la fiscal sustrajo el acusado tras entrar en el aula. Según la acusación, aprovechando que el teléfono no tenía contraseña, esa noche accedió a la cuenta de Instagram de una amiga de la usuaria del móvil, donde borró su foto de perfil y puso otra "de carácter sexual explícito". También publicó una frase del mismo tenor en la biografía de la chica, que en aquella época tenía más de 2.000 seguidores en dicha red social.

Sin contraseña

"Yo tenía mi Instagram en el teléfono de mi amiga, se abría sin contraseña; después de que le robaran el móvil, otra compañera me avisó a la mañana siguiente de que estaban subiendo fotos pornográficas en mi cuenta", declaró la perjudicada. En cuanto se enteró cambió la contraseña de su perfil, pero algunos seguidores ya le habían mandado mensajes donde le preguntaban qué es lo que estaba subiendo. Tanto esta joven como su amiga aseguraron ayer que nunca habían visto al alumno acusado del hackeo, pero cuando le preguntaron por la exnovia coincidieron en que sí la conocían y en que no tenían buena relación con ella.

El sospechoso tampoco conocía a las víctimas. Ellas iban en horario diurno, mientras el joven tenía clases en el turno nocturno. "Mi entonces novia sí tuvo algún problema con ellas, pero yo no escuché sus nombres hasta que estuve en comisaría por todo esto", aseguró. Por ello, negó la sustracción del móvil y el posterior hackeo. Contó que por su horario nunca estaba en el instituto por las mañanas. El director del centro, que compareció como testigo a propuesta de la defensa, relató que si un estudiante del nocturno va por las mañanas "llamaría la atención". "No debería acceder, es difícil que eso ocurra", afirmó. La jefa de estudios ahondó en que el alumno no era problemático.

Sorpresa

La sorpresa en el juicio la dio la exnovia del acusado. "Él no tiene nada que ver con eso", afirmó, añadiendo que un móvil "parecido" al sustraído en el instituto o "ese mismo" llegó a tenerlo ella. "La que tenía el teléfono era yo y yo me conectaba a su wifi", afirmó, añadiendo sobre la víctima y su amiga que no se llevaba bien con ellas. En todo caso, matizó, cuando el terminal llegó a sus manos estaba vacío de contenido, por lo que negó que ella hubiese entrado en la cuenta de Instagram y colgado el contenido pornográfico.

La fiscal, ante este testimonio, dejó a criterio de la magistrada si considera que la testigo incurrió en falso testimonio con la declaración prestada en la vista oral.