La curiosidad permitió a los agentes echar al suelo un laboratorio para cultivar marihuana a gran escala. La Guardia Civil descubre en una vivienda de la localidad grancanaria de Moya un total de 717 plantas de marihuana en diferentes fases de crecimiento y floración, con un peso total en bruto de 88 kilos, así como diferentes utensilios utilizados para la elaboración de polen de hachís y un enganche ilegal a la red eléctrica, con el que poder obtener la suficiente potencia con la que alimentar la plantación ilegal sin levantar sospechas.

Detrás de esta plantación ilegal se encontraba un hombre, que fue detenido este viernes como supuesto autor de un delito contra la salud pública, en su modalidad de cultivo y elaboración de drogas, concretamente polen de hachís.

La investigación se puso en marcha en junio del año pasado durante el confinamiento motivado por la crisis sanitaria frente a la pandemia, cuando los agentes sospecharon de una persona que fue denunciada en repetidas ocasiones por infringir las medidas de limitación de movilidad.

El individuo alegó que obligatoriamente tenía que trasladarse de un domicilio a otro dentro de Moya, sin facilitar más información a los agentes.

“Ante las sospechas de que esta persona pudiera estar aprovechando las restricciones de movilidad para cometer algún tipo de ilícito, se realizaron gestiones de investigación encaminadas a localizar la vivienda a la que se desplazaba dicha persona”, según la Guardia Civil.

El enero los funcionarios pusieron ya el foco en la vivienda a la que iba a diario el hombre a cuidar sus plantas. En el lugar observaron que en la azotea y en el jardín del inmueble había distintos invernaderos, “percibiéndose desde el exterior un fuerte olor a marihuana, por lo que, desde ese momento, se comenzaron a realizar vigilancias del lugar”.

Enganche de luz sin permiso

Con las pruebas recabadas, el 27 de febrero actuaron en la detención del arrendatario de la vivienda investigada, que portaba en ese momento maquinaria para la elaboración de hachís y más de 150 gramos de cogollos de marihuana secos.

Posteriormente, en el registro de la vivienda encontraron varias estancias interiores destinadas al cultivo de marihuana, donde se utilizaba una técnica de cultivo conocida como ‘fotoperiodo’, que modifica y potencia el desarrollo y floración de la planta de cannabis para sacarle una mayor productividad.

En total se aprehendieron 717 plantas de marihuana en diferentes fases de crecimiento y floración, con un peso total en bruto de 88 kilos. A su vez, en el interior de la vivienda hallaron utensilios empleados para la elaboración de polen de hachís. También descubrieron un enganche ilegal a la red eléctrica, para garantizar la potencia con la que dar la suficiente luz a las plantas para su crecimiento.

El detenido pasó a disposición de un juzgado de Guía.