La cámara de seguridad de un bar de la Zona Franca de Barcelona grabó cómo un hombre de mediana edad entraba en una cafetería a primera hora de la mañana del pasado 17 de marzo y pedía un bollo a la camarera. Cuando ella se dio la vuelta, el individuo le echó algo en el café, unos polvos que podrían ser burundanga.

"Yo me lo tomé y fue como veneno. Era como estar muerta", cuenta la camarera que poco a poco fue perdiendo el conocimiento.

El resto de clientes de la cafetería notaron que algo estaba ocurriendo cuando vieron a la camarera mareada. El agresor se metió tras la barra e hizo como que pretendía ayudarla, pero poco a poco fue echando a los clientes del local y, cuando se quedó solo, vació la caja registradora. Consiguió hacerse con un botín de dos mil euros.

El ladrón ya ha sido identificado por los Mossos d'Esquadra y se está a la espera del análisis toxicológico del café para imputarle el robo.