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Un avioneta que chocó con un cable eléctrico en Tenerife simulaba un aterrizaje en una autopista

La aeronave, en la que iba un alumno y su instructor, sufrió desperfectos en la cola

Desperfectos en la cola provocados al coliisonar contra el cable eléctrico. | | LP/DLP

La avioneta del Real Aeroclub de Tenerife que a finales del pasado mes de enero seccionó un cable de tensión eléctrica en el sur de Tenerife realizaba una simulación de aterrizaje de emergencia en una autopista, un maniobra que no está autorizada ni por la propia escuela ni por el Reglamento de Circulación Aérea. La aeronave, en la que iba un alumno y un instructor, volaba además a 20 metros de altura cuando la mínima permitida es de 50 (150 pies).

La Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes en Aviación Civil (CIAIAC) publicó recientemente unas recomendaciones de seguridad a partir del accidente ocurrido a las dos y diez de la tarde del pasado 29 de enero de 2021, cuando la Piper PA-28-181 realizaba un vuelo de instrucción entre los aeropuertos de La Gomera y Tenerife Norte. Los dos ocupantes iban a realizar una simulación de aterrizaje de emergencia por fallo de motor en la carretera TF-1, “una vía abierta al tráfico de vehículo”. Durante la ejecución de la maniobra, el aparato colisionó contra los cables del tendido eléctrico, que seccionó y dejó sin energía a unos 50 clientes de la zona de Abades, en el municipio de Arico.

El instructor informó de que el control de la avioneta no resultó afectado, por lo que pudieron proseguir con el vuelo con normalidad. A su llegada al aeropuerto comprobaron que la aeronave había sufrido daños en el estabilizador vertical situado en la cola, que prácticamente cortó en dos hasta que finamente el cable se partió lo que evitó que se produjera un accidente. Al lugar se desplazaron agentes de la Policía Local de Arico y la Guardia Civil de Tráfico. Para subsanar los desperfectos en el tendido eléctrico, la circulación en la autopista tuvo que ser interrumpida durante la madrugada.

Una maniobra habitual

La comisión abrió una investigación para tratar de conocer las causas de lo ocurrido. Los instructores del Real Aeroclub de Tenerife señalaron que esa mulacsiión en la autopista TF-1 ya se había practicado en ocasiones anteriores como parte de la formación a los alumnos y que el departamento de seguridad de la organización tenía conocimiento de ello.

En la recomendación publicada por el CIAIAC se señala que el propio aeroclub en su manual de formación que las simulaciones de aterrizaje de emergencia por fallo de motor se tienen que realizar en “un aeródromo normal, un aeródromo en desuso o un campo ordinario y, en ningún caso, una carretera abierta al tráfico de vehículos”, apunta el documento.

La comisión añade que, al no estar recogida esta maniobra en el manual, “no está autorizada”. Y amplía: “El mero planteamiento de su realización durante un vuelo de instrucción podría generar, además, la falsa percepción de los alumnos-piloto que se trata de una maniobra segura y aceptable”.

Asimismo, el CIAIAC recuerda que el Reglamento de Circulación Aérea establece un mínimo de altura para los entrenamientos de aterrizaje de emergencia en vuelos visuales de 150 pies (50 metros) “bajo ciertas condiciones” y que la avioneta voló a sólo 20 metros de altura, pasando por debajo de la línea eléctrica.

Ante el riesgo de accidente mortal que hubo, la comisión recomienda al gerente del Real Aeroclub de Tenerife que adopte las medidas posibles para evitar que se sigan realizando estas maniobras no están autorizada, así como indicar a la Agencia Estatal de Seguridad Aérea que incremente la supervisión sobre la histórica organización tinerfeña, “con especial atención a las maniobras de simulación de emergencias, a fin de garantizar que continúa reuniendo todos los requisitos normativos para proseguir con su actividad”.

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