La banda de Pedrola (Zaragoza) que atraía a hombres a través de una web de contactos para robarles y que agredió de gravedad a dos personas y asesinó a otra en tres momentos diferentes, en el verano de 2019, será juzgada en distintos procesos, uno de ellos, el que corresponde al homicidio, con jurado, según ha determinado la Audiencia Provincial de Zaragoza.

El Juzgado de Instrucción número 10 de Zaragoza acordó en enero de 2020 el procesamiento de tres miembros de la banda: la pareja formada por Mohammed A.D., de 35 años, y Hedangeline Candy A.L., de 34, y José Antonio M.F., por el asesinato el 7 de septiembre de 2019 de un empresario de Getxo (Vizcaya) y por las violentas agresiones a otros dos hombres, en julio y septiembre de ese mismo año.

En mayo de 2021 se emitió auto de incoación del procedimiento del jurado por estos hechos, lo que fue recurrido por la defensa de las dos primeras víctimas.

En un auto, la Audiencia Provincial de Zaragoza estima el recurso de queja interpuesto por el abogado de estas dos víctimas, José Ignacio Cabreja, y acuerda el desglose de la causa para el enjuciamiento por separado de los hechos ocurridos el 26 de julio de 2019 y el 4 de septiembre de ese mismo año, y de los que tuvieron lugar el 6 y 7 de septiembre.

Los dos primeros delitos serán juzgados por un tribunal ordinario y el tercero, que acabó con la muerte del empresario vasco, por un tribunal del jurado.

A los miembros de esta banda se les atribuyen los delitos de asesinato, detención ilegal, amenazas condicionales, robo con violencia e intimidación, estafa y tenencia ilícita de armas.

El grupo criminal operaba entre las poblaciones de Pedrola, Luceni y Gallur y sus víctimas eran hombres que buscaban relaciones en la página web Badoo.

Gran violencia

En los dos primeros casos, la mujer atrajo a través de la web a las víctimas (un inmigrante rumano de 37 años de La Almunia y un vecino de Tudela de 59) y les hizo conducir hasta un lugar despoblado.

La mujer y sus cómplices les ataron, les introdujeron en el maletero, les golpearon con gran violencia para despojarles de sus bienes y para que les proporcionaran las contraseñas de sus tarjetas y después fueron abandonados.

En el caso del empresario vasco, el modus operandi fue el mismo, pero la víctima falleció.

Al parecer, el hombre perdió el conocimiento a consecuencia de los golpes, los atacantes los creyeron muerto y lo enterraron vivo.

La Audiencia Provincial entiende que las tres hechos podrían haberse tramitado de forma separada, y que únicamente el que acabó con la muerte del empresario es competencia de tribunal del jurado, y no así los anteriores.