Tenía un arsenal de armas de fuego en su casa de Murcia sin contar con permiso para ello. Todo comenzó cuando el, vecino, anciano, salió a la calle, desnudo de cintura para arriba y revólver en mano. Quienes lo vieron llamaron al 091 y la Policía Nacional se movilizó al lugar. El testigo contó a los policías que el hombre armado le dijo: «¿crees que te voy a pegar un tiro?”, y que él se largó, indican fuentes policiales.

Los agentes pudieron localizar la vivienda del sujeto que portaba el arma de fuego, una persona de avanzada edad quien les abrió la puerta. Ante las preguntas de los agentes manifestó no recordar nada. Los actuantes localizaron al hijo, el cual les indicó que su padre se hallaba «delicado de salud» y que hace años tuvo licencia, coleccionando armas de fuego durante toda su vida».

Los agentes explicaron a padre e hijo que todas esas armas acumuladas durante años, no habían sido legalmente inutilizadas, a lo que se añadía el estado mental y físico del anciano. Que las tuviese era un riesgo evidente.

Padre e hijo asumieron que la Policía iba a llevarse las casi 60 armas. Entre ellas hay 26 revólveres, 11 pistolas, 9 rifles, 5 subfusiles y 7 escopetas.

Al hallarse además tres granadas de mortero y tres granadas de mano fue necesaria la presencia de la unidad de desactivación.