La Policía Nacional, en una operación conjunta con la Agencia Tributaria y en colaboración con las autoridades francesas, intercepta al carguero Natalia con 20 toneladas de hachís mezclado entre su carga de yeso en aguas próximas a Canarias. Dos patrulleras de Vigilancia Aduanera abordaron a unas 40 millas al sudeste de Fuerteventura al mercante, que corría un serio riesgo de hundimiento por su mal estado de mantenimiento y detuvieron a los 11 tripulantes, de origen sirio.

La investigación se centró desde en enero sobre una empresa naval del Líbano, que proporcionaba diversos servicios de logística relacionados con transporte marítimo a clientes privados. Precisamente, esta empresa estaba vinculada a un alijo de 13,6 toneladas en un carguero de su propiedad en 2016 en Libia.

Dentro de este trabajo, los agentes observaron en julio que uno de sus buques realizaba en Turquía una serie de cambios de nombre en el registro, lo que hizo levantar las sospechas. En el ultimo, pasó a denominarse Natalia y su bandera dejó de pertenecer a Togo para ser de Palau.

Los investigadores realizaron un seguimiento del área geográfica de actuación y la vinculación de la empresa a anteriores aprehensiones, constatando cómo tras su salida de Turquía cruzaba el Mar Mediterráneo, confirmado las sospechas de los investigadores, ya que se dirigía hacia Marruecos.

Tras detectar la cercanía del mercante a las aguas de Canarias, los funcionarios decidieron su urgente interceptación. Y las dos patrulleras partieron el sábado en su búsqueda. Finalmente, el domingo localizaron el mercante a 40 millas del sudeste de la isla de Fuerteventura.

Una vez lo abordaron, los funcionarios se dieron cuenta de que el mercante se encontraba en serio riesgo de hundimiento, al contar con importantes vías de agua y deficiencias en el motor.

Además de realizar un transporte ordinario de yeso, el mercante portaba en su bodega hachís, por lo que se detuvo en ese momento a sus 11 tripulantes por su posible vinculación al tráfico de drogas.

Una inspección exhaustiva realizada el domingo en su interior tras atracar en el Puerto de Las Palmas permitió extraer 638 fardos, que suman 19.876 kilos de hachís.

Además, en una de las áreas comunes localizaron casi 26 kilos de polen, que seguramente sería para que la tripulación obtuviera un pequeño beneficio particular.

Se caía a cachos


El mal estado del buque, que presentaba múltiples vías de aguas y riesgo de incendio en las máquinas, «obligó a un arduo trabajo de los funcionarios para mantenerlo a flota», según la Policía Nacional. Habitualmente, las organizaciones dedicadas al tráfico marítimo utilizan este tipo de embarcaciones caracterizadas por su mal estado y que se consideran de último viaje, saliéndoles así más barata su compra. Es decir, una vez hayan cumplido con éxito su travesía se procede a su destrucción o al desguace. | J. B.