El irlandés Gerry Hutch tenía la carta del restaurante italiano Limoncello en la mano cuando los agentes del Grupo de Huidos de la UCO le dijeron que hasta ahí había llegado. Él y su mujer acababan de recorrer los menos de doscientos metros que separan la pizzería del piso en el que el Monje vivía una clausura obligada en el número 12 de la plaza de la Constitución, en el corazón de Fuengirola. Se sabía objetivo prioritario de las autoridades de su país desde el mes de abril, cuando estas activaron una orden de detención y entrega por su presunta vinculación al asalto mortal al Hotel Regency de Dublín en febrero de 2016 en el que un grupo de hombres, disfrazados de policías y hasta de mujer, irrumpió con fusiles de asalto en el salón donde se estaban pesando los púgiles que al día siguiente iban a participar en una velada de boxeo. La policía irlandesa dice tener pruebas suficientes de que el ataque, que acabó con un muerto, fue la respuesta de Gerry al asesinato de su sobrino Gary Hutch meses antes en Mijas y la declaración de una guerra vitalicia contra la organización de los Kinahan, asentados en la Costa del Sol y a quienes el Monje atribuye el crimen de su ojito derecho. La batalla entre los que una vez fueron socios suma desde entonces casi 20 muertos, incluido su hermano.

La orden de busca y captura pilló a Gerry con el pie cambiado. Con residencia habitual en Lanzarote, la resolución judicial se hizo pública cuando se encontraba de visita en la Costa del Sol, por lo que renunció a usar el billete de vuelta que tenía reservado y evitó a los investigadores que le esperaban en el aeropuerto de Málaga. Desde entonces ha vivido recluido con la ayuda de varios contactos y con el objetivo de encontrar una vía de escape que le llevara a algún país que no tuviera acuerdo de extradición con Irlanda.

Así cazó la UCO al Monje Hutch, el fugitivo más famoso de Irlanda

Así cazó la UCO al Monje Hutch, el fugitivo más famoso de Irlanda https://www.laopiniondemalaga.es/costa-sol-occidental/2021/08/13/detenido-fuengirola-monje-hutch-buscado-56189221.html

No le ha dado tiempo. La presión que la Garda y la Guardia Civil han ejercido estos meses en Irlanda y en el litoral malagueño sobre su entorno más cercano limitó los movimientos de Hutch hasta el punto de renunciar a pisar la calle. La UCO cerró poco a poco su círculo más íntimo y finalmente llegó a su mujer, cuya identidad fue confirmada por la policía irlandesa y terminó llevándoles a su escondite. Durante las largas jornadas de vigilancias, los agentes comprobaron que ella se encargaba de resolverle el día a día a su pareja y no desaprovecharon el gran fallo de Hutch, que días antes de su arresto salió unos segundos a la terraza para respirar el aire de la plaza de la Constitución sobre la que se levanta la histórica iglesia de Nuestra Señora del Rosario, la patrona y alcaldesa perpetua del pueblo.

No hizo falta esperar la autorización judicial para acceder a la vivienda. El fugitivo más famoso de Irlanda fue neutralizado en cuanto se sentó en la pizzería localizada junto a la oficina de Correos en la única salida de casa de Hutch que les consta a los agentes desde que blindaron la plaza. Se identificó a la desesperada con un pasaporte francés falso y se cerró en banda. No quiso que le tomaran las huellas y al día siguiente, durante el registro del piso que solicitaron las autoridades irlandesas, negó rotundamente haber vivido ahí.

Los agentes no encontraron nada relevante en la guarida. El Monje se deshizo hace meses de sus tarjetas bancarias y de su móvil para dificultar su localización. Ni armas ni dinero, pero a los investigadores les ha llegado el inquietante mensaje que Gerry suele repetir entre su personal de confianza. Que la guerra contra sus rivales sólo acabará cuando él esté muerto. Nunca antes.