Caso Abierto - La Provincia - Diario de Las Palmas

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Un profesor, detenido en plena oposición en Oviedo, afronta un año de cárcel por acosar a dos alumnas

El acusado, de 55 años, no se presentó al primer juicio aduciendo que no le habían dicho la fecha

Imagen de recurso de un coche de la Policía Nacional.

El profesor gijonés acusado de acosar a dos alumnas a las que daba clases de literatura en un instituto del centro de la región se sienta mañana viernes en el banquillo del Juzgado de lo penal número 1 de Oviedo. El docente, A. R. W. N., de 55 años, se enfrenta a una condena de un año de prisión, año y medio de libertad vigilada e inhabilitación por dos años. El hombre tenía que haberse presentado a juicio en junio pero no lo hizo, aduciendo que no le habían dado el señalamiento. Poco después fue detenido mientras realizaba una oposición en Oviedo, un episodio que causó estupor entre los aspirantes, dado que se resistió a la detención gritando que era inocente. Tras comparecer ante el juez, quedó en libertad hasta el juicio.

El profesor se sienta en el banquillo por haber mandado insistentes mensajes a dos alumnas, pidiéndoles citas y enviándoles ramos de flores virtuales. De 49 años cuando se produjeron los hechos, prestaba sus servicios como profesor interino de Lengua Castellana y Literatura. En el mes de noviembre de 2015, siempre según el fiscal, remitió a dos de sus alumnas de segundo de Bachillerato, menores de edad, correos excediendo los límites de su actuación docente, a través de la dirección de correo electrónico que utilizaba para temas relacionados con la asignatura. El 12 de noviembre de 2015 envió a una de ellas, de 16 años, el correo: “Si quieres salir un sábado a tomar algo por tu pueblo, no tendría problema en acercarme. Si no sales con nadie y quieres, claro”. Y luego: “Este finde que viene tengo trabajo en mi casa, me tienen que arreglar un par de persianas… Podríamos quedar para el sábado del puente, en caso de que no marches, te venga bien y quieras. O para este sábado... para una primera cita tranquila tomando algo. ¿Sabes qué pasa? Que tengo dos hijos de mi matrimonio (ahora ya no estoy casado) y cada quince días estoy con ellos; aunque el puente me lo cojo para mí”. Y más tarde: “Si no quieres, tienes pareja o no te gusta la propuesta, dímelo por mail, no pasa nada. O no me digas nada. Como estás tan guapa y me gustas, por eso te lo planteo”, insertando al final del mismo un corazón rojo.

“Te estás equivocando”

A este correo la alumna respondió: “Mira, te estás equivocando, y mucho, porque me tienes que tratar como a una alumna y ahora mismo podría bajar a dirección y comentar lo ocurrido y las consecuencias no iban a ser nada buenas, así que a partir de ahora espero que solo me hables por cuestiones académicas y, a poder ser, te dirijas a mí lo menos posible”.

El 18 de noviembre de 2015, el acusado remitió a otra alumna, esta de 17, el mensaje: “Hola, mira, lo he estado pensando más detenidamente y prefiero retirar la propuesta de quedar contigo o salir juntos. Tampoco voy a ir a la cena de final de curso, pues no me gusta salir de noche”. La joven respondió: “No recuerdo y dudo que haya existido una propuesta de quedar o salir juntos”. El 19 de noviembre de 2015, el acusado le mandó otro correo: “Sí, te lo propuse en Facebook, en mensajes, tras tu solicitud de amistad”.

Y días antes del puente de la Constitución de 2015, remitió a esta segunda alumna este correo: “Ramo de rosas (aparece en pantalla la foto de un ramo de rosas) para una chica muy guapa con la que me gustaría quedar este próximo finde, puente de diciembre, de sábado; si no sales con nadie y quieres”. A este correo, ella respondió: “Hola, no creo que quedar sea apropiado. Relación profesor-alumno y ya está. Me siento bastante incómoda con este tipo de situaciones en clase. Un saludo”. A esta alumna la ofendió luego en clase. Ante una observación del profesor sobre una furgoneta con una colchoneta, y ante la pregunta de un alumno sobre si la había utilizado mucho, respondió: “Preguntadle a ella”, señalándola, lo que la incomodó y avergonzó.

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