La Guardia Civil da por finalizada, de nuevo sin éxito, la búsqueda del cuerpo de Marta Calvo en las nuevas ubicaciones fijadas en Senyera, a dos kilómetros de Manuel, a partir del testimonio de una mujer que vio al presunto asesino parado en la carretera, con el maletero abierto, cuatro días después del asesinato de la joven de Estivella. Los dos puntos principales que han sido rastreados son un pozo de 60 metros de profundidad, ubicado dentro de una caseta al borde de la carretera CV-562, y una pared de maleza formada por cañares y zarzas, junto a un antiguo molino. Ambos lugares fueron inspeccionados ayer pero, de nuevo, sin encontrar ni rastro del cadáver de Marta.

El principal punto era el pozo, por su idoneidad para hacer desaparecer un cuerpo, dada su profundidad y el hecho de que en la época del crimen, noviembre de 2019, el acceso al interior de la caseta y, por tanto, al hoyo, cubierto solo con una malla pero sin sellar, era fácil. Los buzos del GEAS y los especialistas en montaña del GREIM de la Guardia Civil sondearon este martes el interior de ese pozo con dos cámaras extendidas con una vara de 20 metros, sin que detectaran la presencia de restos humanos.

A media mañana se barajó la posibilidad de traer una tercera cámara, de mayor longitud, pero finalmente se anuló la decisión de traerla desde Madrid porque con la prospección de los otros dos dispositivos fue suficiente para ver el fondo y, por tanto, descartar que ese fuese el lugar en el que Jorge Ignacio P. J. se deshizo del cuerpo de su tercera víctima mortal. Así, sobre las 11.30 horas de hoy, los equipos se retiraron y se dio por finalizada la búsqueda en el pozo de Senyera.

El equipo de rastreo, ayer, junto al antiguo molino ubicado al pie de la CV-562. GERMÁN CABALLERO

A continuación, los agentes se trasladaron hasta un antiguo molino sito a medio kilómetro, al pie de la misma carretera, y rastrearon un denso cañar con plantas de unos cuatro metros de altura que ocupan alrededor de 60 metros lineales a lo largo de una acequia, tapada por completo por zarzas. Ese punto fue igualmente desechado tras una minuciosa comprobación, que incluyó la revisión de una de las naves del molino utilizada como almacén.

Sobre las 12.30 horas, el dispositivo de búsqueda, en el que han participado una treintena de agentes entre los investigadores de Homicidios de València y los de la UCO, los del GEAS, el GREIM, de la Usecic y Tráfico, se dio por finalizada y, de momento, no están previstos nuevos rastreos, al menos en esa zona entre el pozo de Senyera y el antiguo molino, donde Jorge Ignacio fue visto por una vecina entre las 13.30 y las 13.45 horas del 12 de noviembre de 2019, de pie, en la carretera, junto al maletero abierto de su coche, el Volkswagen Passat azul oscuro en el que trasladó a Marta Calvo y del que se deshizo definitivamente un día después, el 13 de noviembre, dándoselo a un amigo para desvincularse del vehículo.

Un trabajador del Ayuntamiento construyendo de nuevo el muro de sellado de la caseta que alberga el pozo y le motor de riego. GERMÁN CABALLERO

Los rastreos de este martes habían dado comienzo a las 8.45 horas. El primer paso fue demoler con una maza y piquetas los ladrillos que tapiaban la puerta, realizado hace un año por la brigada de obras del Ayuntamiento de Senyera para evitar que se siguieran colando adolescentes y jóvenes, con el consiguiente riesgo de caída al pozo. Una vez reabierto el acceso al interior, entraron en acción los agentes del GEAS y del GREIM, que montaron el dispositivo de grabación para sondear el fondo, labor que se prolongó por espacio de una hora y media larga, hasta que tuvieron la convicción de que ese tampoco era el lugar donde iban a encontrar a Marta Calvo.

Una vez terminado ese trabajo, fueron los trabajadores municipales los encargados de volver a levantar el muro para sellar la entrada al pozo y al motor de riego, en desuso desde hace casi una década, para evitar el acceso al interior.