"Entraba uno, salía otro. No había más de una persona en la habitación". La voz de la muchacha inundó la sala de la Audiencia de Barcelona en la que este viernes comenzó el juicio conta cuatro jóvenes acusados de violarla en un piso de Manresa. La muchacha recordó que tuvo "mucho miedo" de morir y que, desde entonces, sufre ataques de pánico, no puede ir sola por la calle, ni tampoco ha podido retomar sus estudios. "Mi vida ha sido una puta basura", aseguró.

Los cuatro acusados están en prisión provisional. La fiscalía reclama para cada uno de ellos un total de 55 años por cuatro delitos de agresión sexual, uno de ellos en grado de tentativa. La acusación pública atribuye individualmente a cada procesado la autoría de su propia violación más la cooperación necesaria de los ataques sexuales perpetrados por los demás.

El suceso se remontan al 13 de julio de 2019. Ese día, sobre las 22 horas, la víctima se encontró con unos marroquís en una plaza de Manresa y de allí se fueron a la vivienda que estos ocupaban. Una vez en el piso, los acusados, según el fiscal, "previamente puestos de acuerdo y con la satisfacción de satisfacer sus deseos sexuales", ofrecieron a la muchacha alcohol y drogas. La chica explicó que acudió a casa de los imputados, a quienes acababan de conocer, para cenar y "hacer tiempo" hasta acudir a una fiesta.

La acusación pública sostiene que los procesados se aprovecharon de la situación en que se encontraba la víctima tras la ingesta de alcohol y droga y uno de ellos le llevó a una pequeña habitación sin luz. En un colchón en el suelo, la tumbó y desnudó. Cada uno de los cuatro sospechosos fue entrando sucesivamente, dejando la puerta cerrada, impidiendo que la chica pudiera salir. Allí presuntamente la violaron, a pesar de su negativa a mantener relaciones sexuales con ellos.

"Les dije que pararan"

"Les hice entender de todas las formas que pude que no quería. Les dije que pararan, me intenté levantar y chillar (...), pero ponían todo su cuerpo encima mío y no podía moverme apenas", relató la víctima, que insistió que llegó a "forcejear" para "quitárselos de encima" después de que una de las defensas le cuestionara si "intentó cerrar las piernas". " Estaba en estado de shock pero daba chillidos de dolor y para que parasen. Lo único que quería era marcharme", subrayó.

La víctima detalló que desde la violación no ha podido rehacerse su vida y que tiene "pensamientos suicidas y de hacerse daño constantemente". "He engordado 40 kilos en año y medio por la ansiedad de estar en mi habitación sin poder salir. No tengo contacto con mis amistades por la depresión y el malestar. Tengo muchísimos ataques de pánico (...), tengo fobia a los hombres y no quiero que me toquen, incluso con mis familiares. Siento que no puedo ir sola por la calle, duermo en estado de alerta. He intentado seguir con las clases, pero no he podido", insistió.