La Audiencia Provincial de Málaga ha condenado a 77 años y cuatro meses de prisión al entrenador de fútbol base acusado de presuntos abusos, pornografía infantil y agresiones sexuales a una treintena de menores.

Esta condena se ha producido después de que el acusado haya reconocido los hechos y se haya conformado con la petición del ministerio público que ha rebajado la pena de cárcel tras aplicarle diversas circunstancias que atenúan la pena y retirar las responsabilidades civiles a dos clubes y una empresa.

El cumplimiento efectivo de cárcel será de 18 años de prisión, según ha explicado su abogado, Juan Fernández Ramos, quien ha alegado arrepentimiento; se ha tenido en cuenta, ha añadido, que el condenado también sufrió episodios de abusos en su edad infantil, un trastorno por el que se ha excusado diciendo que le ha llevado a cometer dichos hechos.

El acusado ha asumido también el pago de las indemnizaciones correspondientes, en concreto 3.000 euros a cada víctima, lo que hace una cuantía total de 93.000 euros.

Además se le impone la obligación de llevar a cabo un tratamiento psicológico y un periodo de libertad vigilada.

Los delitos por los que ha sido condenado son dos agresiones sexuales con acceso carnal, doce agresiones sin dicho acceso a menores de 16 años, tres delitos de exhibicionismo y trece más de acoso, que debido a su gravedad, se han convertido en trece delitos de producción de pornografía infantil.

La Fiscalía malagueña ya ofreció el pasado abril una conformidad al procesado si reconocía los hechos para evitar que los menores tuvieran que pasar "por un asunto tan desagradable", algo que esta mañana se ha conseguido al estar de acuerdo todas las partes.

Según el escrito definitivo del fiscal, el acusado tras buscar a los menores en las redes sociales, se hacía pasar por una chica y los acosaba para que le enviaran fotos desnudos.

Todos estos delitos fueron cometidos entre el 2013 y el 2018 con menores con edades comprendidas entre los 9 y 15 años y aunque hay treinta afectados por las acciones del entrenador, algunos de sus hechos no constituyen delito.

El encausado trabajaba para varias entidades deportivas: en una como entrenador de la categoría alevines (cuyas edades oscilan de 12 a 16 años); en otra como secretario, con acceso al ordenador que contiene todas las fichas de los menores, y además para una empresa de ropa deportiva.

El acusado ha reconocido que seleccionaba a menores que conocía del fútbol, y los buscaba posteriormente en las redes sociales, ocultando su identidad bajo el nombre de una chica, y contactaba con ellos.

Tras crear confianza a los menores con los perfiles de una chica, les remitía fotos de ella desnuda y los inducía a que ellos también lo hicieran.

Posteriormente, los amenazaba con publicar esas fotos si no le mandaban fotos o vídeos con actos sexuales o con desnudos.

El fiscal señala que a los menores mas reacios a obedecer, una vez obtenía alguna foto comprometida, el procesado les decía que se la enviaría a terceras personas si no le mostraban sus partes íntimas o hacían vídeos en directo.

En otras ocasiones, conseguía la contraseña del perfil de un menor para convencer a otros e incluso llegó a remitir fotos íntimas de menores a otros, jugadores de fútbol y compañeros, por no haber cumplido lo que les ordenaba.