Las dos personas que alertaron a los servicios de emergencias de su muerte violenta, e incluso manifestaron haber intentado reanimarla al descubrir el cuerpo en el suelo –según su versión– están implicadas presuntamente en el homicidio de la joven Leticia Magalí Sanabria Romero –conocida también como Rosi–, una paraguaya de 29 años que fue víctima de un crimen el 10 de septiembre, en O Barco de Valdeorras. Murió asfixiada.

Tras dos meses de investigación con la participación de 15 agentes, la Policía Judicial de la Comandancia de la Guardia Civil de Ourense arrestó este miércoles a las dos sospechosas: F. A., de nacionalidad nigeriana –la que vivía con la fallecida– y A. L. V., brasileña, que frecuentaba el domicilio. Fuentes consultadas señalan que, según la línea de investigación, la mataron y, tras decidir su coartada, alertaron a las autoridades. Dijeron que la intentaron reanimar, lo que según este relato también explicaría la presencia de ADN. La víctima tenía arañazos en el cuello.

El caso, en coordinación con el juzgado local y la Fiscalía de Ourense, ha sido bautizado como ‘Operación Horus’. Una vez que la autopsia confirmó que la muerte había sido violenta y la causa, la asfixia, las sospechas se centraron ya pocos días después de los hechos, pero ha sido necesario recabar indicios a través de intervenciones telefónicas –con la consiguiente espera hasta la remisión de información por parte de las compañías– y numerosos interrogatorios de testigos.

Los investigadores han analizado minuciosamente todos los indicios, teniendo que recurrir a diferentes técnicas de investigación, hasta concluir que estas dos personas habían sido supuestamente las autoras de dicho crimen”, dice la Comandancia. “A partir de ese momento se empezó a estrechar el círculo sobre ellas”, hasta su arresto ayer.

Las detenidas y la víctima –cuyo cuerpo fue repatriado dos semanas después a su país, donde fue enterrada– se movían “en los mismos ambientes”, según la investigación. El dinero, las rencillas o los celos son los posibles móviles de este homicidio o asesinato, cuya calificación jurídica se determinará en la fase de instrucción.

La víctima servía de sustento para familiares de Paraguay; solía enviarles dinero. Si este caso llega a la fase juicio, se encargará de resolver un jurado. Los agentes prosiguen con las diligencias, que incluyen registros domiciliarios, y está previsto que este jueves las presuntas homicidas sean puestas a disposición del juzgado de Instrucción 1 de O Barco, que mantiene el secreto de actuaciones.