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Tribunales

La acusada de matar a sus dos hijos nada más parirlos en Elche: "Creía que estaba de cuatro meses"

Un tribunal popular juzga a puerta cerrada a la mujer, para quien el fiscal reclama 44 años de prisión por sendos delitos de asesinato | Los familiares con los que vivía en Elche aseguran que no se percataron de que estuviera embarazada

La joven, a su llegada a los juzgados de Elche tras ser trasladada desde la prisión. Antonio Amorós

La joven de 30 años acusada de matar a sus dos hijos nada más dar a luz en el baño de su casa, en Elche, ha declarado este lunes ante el jurado popular que la está juzgando que ella creía que estaba embarazada de cuatro meses y no que se había puesto de parto.

El juicio por este terrible suceso, que ocurrió el 30 de enero de 2020, ha comenzado a puerta cerrada en la sede de la Audiencia de Alicante en Elche. Así lo acordó la presidenta del tribunal, la magistrada Joaquina de la Peña, tras solicitarlo la defensa apoyándose en una supuesta discapacidad intelectual de su cliente que no aprecia el fiscal, quien se manifestó en contra a que la vista no fuera púbica.

Entre llantos y plagada de múltiples lagunas de memoria, la declaración de la joven, que lleva en prisión por esta causa casi dos años, desde el 2 de febrero de 2020, no aportó mucho más de lo que ya había dicho durante la instrucción. No recordaba casi nada porque, cuando ocurrió, estaba muy débil por la sangre que había perdido.

El relato de la acusación pública concreta que en la madrugada de 30 de enero de 2020 la mujer comenzó a sentir fuertes dolores abdominales y que, tras romper aguas y sin pedir ayuda a los familiares con los que convivía para que la llevaran a un centro hospitalario, se encerró en el baño y dio luz a un niño y a una niña.

A continuación los introdujo en una bolsa de plástico, junto con sus respectivas placentas y cordones umbilicales, "sin comprobar sus signos vitales ni realizar ninguna actuación tendente a estimular su respiración ni comprobar si las vías respiratorias se encontraban obstruidas de tal modo que impidiera la entrada de aire en los pulmones", sostiene el fiscal.

La joven permaneció encerrada en el baño alrededor de cuatro horas "impidiendo que los seres humanos que llevaba en su interior, cuyo nacimiento había comenzado, recibieran toda la asistencia precisa", insiste la acusación pública. Después, tras ducharse y limpiar la sangre del baño, salió cubierta con una toalla y la bolsa que contenía a los bebes sin que la familia ni los facultativos del servicio de emergencias al que habían llamado se percataran de ello. Algo que los familiares de la acusada ratificaron el lunes ante un tribunal compuesto por cuatro mujeres y cinco hombres.

La madre, muy afectada, apuntó que la edad mental de su hija no se correspondía con la física y que llevaba tiempo intentando que le reconocieran esa discapacidad. En ningún momento de la proceso se ha planteado que la joven no fuera consciente de lo que hacía.

Fue en el servicio de Ginecología del Hospital del Vinalopó donde descubrieron que la que menstruación de la que la joven aseguró que procedía la sangre era en realidad un doble "parto a término". La situación del útero "no era compatible con un aborto". Y allí fue también cuando el personal sanitario procedió a abrir la bolsa y a retirar las toallas ensangrentadas que tapaban a los dos neonatos fallecidos. El fiscal está convencido de que la intención de la joven era deshacerse de los cuerpos.

La joven está acusada de dos delitos de asesinato con la agravante de parentesco por los que se enfrenta a una petición de 44 años de prisión.

"Ambos fallecieron ya iniciado su nacimiento"

Los exámenes a los que se sometieron los restos de los dos neonatos constató que "se encontraban en el momento del parto, entre la trigésimo cuarta y la trigésimo séptima semana de gestación". Uno de los informes en los se que se apoya el Ministerio Público recoge que "ninguno de ellos presentaba malformaciones congénitas o signos patológicos que les hicieran inviables fuera del claustro materno". Y tampoco "signos compatibles con una situación de sufrimiento fetal durante el embarazo o el periodo inmediato previo al periodo expulsivo que condujera a su respectivo desenlace final fatal". A falta de que los forenses ratifiquen ante el tribunal popular su resultado, los estudios concluyen que "ambos fallecieron ya iniciado su nacimiento", bien en el momento del parto o inmediatamente después, "tras no establecerse la función respiratoria como consecuencia de haberlos colocado voluntariamente su propia madre en una situación de desamparo". Una desatención que se prolongó a lo largo de todo el proceso del parto y después de que se produjera el alumbramiento "privando a los dos seres humanos que se disponían a salir del claustro materno de la asistencia necesaria y los cuidados precisos para así poder desarrollar su vida ya en el exterior, para lo que eran completamente viables, cortando por ello sus respectivas vidas". La instrucción descartó cualquier participación en los hechos que se juzgan del padre biológico de los bebés y expareja de la joven, quien declinó personarse en el procedimiento.

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