El ciudadano de origen ruso que se atrincheró en su vivienda en Puerto de la Cruz desde la mañana de ayer fue reducido por agentes de la Policía Nacional que se habían escondido en el interior de la casa. Y después fue trasladado en una ambulancia a un centro hospitalario. Pero la labor clave fue desarrollada por la negociadora de la Policía Nacional, que habló con el citado hombre durante seis horas en total, hasta que logró que saliera tranquilo del baño en el que se encerró con un cuchillo y amenazaba con acabar con su vida. Salió, le brindó una botella de agua y el varón avanzó un poco por el domicilio, hasta que cinco integrantes de la Unidad de Intervención Policial (UIP) lo redujeron para evitar que se autolesionara, tal y como establece el protocolo en estos casos.

Según los datos que trascendieron ayer, los problemas comenzaron en la noche del lunes. Supuestamente, el ciudadano ruso llegó con un alto grado de embriaguez a su hogar, cerca del Parque Las Flores, en la zona de San Antonio. Y desde ese momento su pareja supuestamente mostró temor a que pudiera ocurrir algún episodio violento. El individuo se quedó en el jardín y no pudo acceder al interior de la vivienda.

Y, a partir de ese momento, durante la noche y la madrugada empezó a tirar enseres a la vía pública. A las 9:30 horas, la pareja del ciudadano ruso requirió la intervención de la Policía Local de Puerto de la Cruz para que tratara de tranquilizar al hombre. Eran las 9:30 horas. Cuando observó a los agentes municipales, el individuo se encerró en un baño con un cuchillo y amenazó con quitarse la vida. Desde ese momento, los policías locales requirieron la actuación de la Policía Nacional. Hasta el enclave acudieron agentes de la Unidad de Prevención y Reacción (UPR), de la Unidad de Intervención Policial (UIP), de la Brigada de Policía Judicial y de Participación Ciudadana de la Comisaría de Puerto de la Cruz-Los Realejos, así como la inspectora que ejerce como negociadora en estas situaciones. El dispositivo estuvo dirigido por el comisario de la Policía Nacional en dicha demarcación.

La intervención se prolongó durante más de siete horas y media. Y alrededor de seis horas duró la actividad de la inspectora que dialogó con el hombre para que depusiera su actitud. Durante 15 minutos, dicha profesional congregó a su alrededor a otros agentes y al equipo de la UIP que debía introducirse en la vivienda con el objetivo de planificar la intervención. Después, regresó al interior del domicilio, un chalé con piscina que el ciudadano ruso y su pareja tienen alquilado desde hace alrededor de cinco años. Y volvió a hablar con el varón, hasta que este salió del baño. Saludó con la mano. La mujer le ofreció una botella de agua y, segundos después, actuaron los agentes de la UIP, que iban protegidos con chalecos antibalas, cascos y escudos. Y también portaban un estilete. Una vez inmovilizado, personal sanitario de una ambulancia medicalizada inyectó un tranquilizante al varón para evitar nuevos episodios agresivos.

Según algunos vecinos, en alguna otra ocasión, de forma concreta, hace unos 10 días, ya protagonizó otro episodio violento, con gritos, rotura de cristales y platos dentro de la casa. Otros vecinos explicaron que es un hombre tranquilo, pero que el consumo excesivo de alcohol lo vuelve muy agresivo e imprevisible. Y no se descarta que sufra algún tipo de problema de salud mental.

Agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil le retiraron ayer varios animales exóticos, como una iguana, pájaros de especies protegidas y tres tortugas de gran tamaño. Hace algún tiempo le quitaron también una serpiente.