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Juicio en Barcelona

Otra víctima de una estafa sentimental: "Me dijo que era una mujer única"

Se citaron siempre en cafeterías de estaciones de tren y, según ella, Manuel la convenció de que necesitaba 30.000 euros para dejar atrás su pasado antes de comenzar algo juntos

Juicio contra un hombre acusado de estafar 30.000 euros a una exnovia. GUILLEM SÁNCHEZ

Se conocieron en una aplicación de citas, Meetic, en noviembre de 2017. Manuel se describía como un padre "con valores". Amanda (nombre falso), que se fijó en que ambos tenían la misma edad, creyó que se parecían. Y comenzaron a chatear. Enseguida pasaron al Whatsapp. Y después, se llamaron. Hablaban todos los días. Quedaron cuatro o cinco veces, siempre en cafeterías de estaciones de tren. Después Manuel se alejó, con los 30.000 euros que Amanda le había prestado. Tras rogarle durante meses que se los devolviera, ella lo denunció por estafa.

Manuel y Amanda han vuelto a verse las caras este martes en la Audiencia de Barcelona. Apenas se han mirado. Y durante el rato que ha transcurrido frente a la puerta de la sala de vistas, han ocupado extremos opuestos del pasillo para que sus miradas no se cruzaran ni accidentalmente.

La versión de él

Manuel ha intentado suspender el juicio alegando que el trámite agrava la depresión que sufre. Pero ayer fue valorado por un médico forense que concluyó que su estado psicológico no justificaba un aplazamiento y la jueza, respetando la opinión del doctor, ha razonado que atender a la petición de Manuel y posponer la vista sería pretender saber más que el sanitario. Así que, con casi dos horas de retraso, ha comenzado el juicio. Su declaración ha durado una hora. Al terminarla, ha pedido permiso para salir al vestíbulo. “Me está faltando el aire”, ha asegurado.

Según su versión de los hechos, la relación afectiva con Amanda coincidió con una etapa en la que vivía acuciado por las deudas. Debía 10.000 euros a Hacienda y 12.000 a la empresa para la que trabajaba de comercial. “Ella se ofreció a ayudarme”, ha subrayado. Amanda le dejó 30.000 euros y él se comprometió a devolvérselos en cuanto cobrara "unas comisiones". Sin embargo, nunca le pagaron las supuestas comisiones y no pudo devolver el préstamo a Amanda. La relación con Amanda se acabó por una cuestión de “celos”, no porque ella se molestara al ver que no le devolvía los 30.000 euros, ha zanjado.

La versión de ella

Amanda cree que Manuel fingió que estaba enamorado de ella. A los pocos días de conocerse, le decía que era una mujer “única, excepcional”, que lo que estaba surgiendo entre ambos era algo “especial”. Ella ha declarado que Manuel usó su palabrería para ganarse su confianza y así quedarse con su dinero.

Manuel le pidió dinero incluso antes de conocerse presencialmente. Mostrándose angustiado a través del teléfono, le suplicó que le dejara 460 euros para la manutención de su hijo. A pesar de que se había identificado como el comercial acaudalado de una multinacional, sufría de falta de liquidez en ese instante y no podía solicitar ningún crédito por un problema con Hacienda, le explicó. Ella le prestó esos 460 euros. A los pocos días, se vieron por primera vez.

“Quedamos en el bar de la estación de tren. Durante los meses que duró la relación, no quedó conmigo en otro sitio que no fuera la cafetería de estaciones, como la de Barcelona o la de Badalona”. Manuel le prometió que harían un viaje juntos a Madrid después de las navidades. “Compré los billetes, ilusionada, pero cuando la fecha se acercaba puso excusas, dijo que tenía mucho trabajo y que no podríamos ir”.

A medida que pasaban las semanas, Manuel, a quien ella veía como un buen padre, pasó a decirle, visiblemente atormentado, que necesitaba arreglar las cosas con su exmujer y que, en cuanto pudiera pagarle a esta lo que le debía, se libraría de la última “carga” que le impedía comenzar con Amanda la relación que ambos deseaban. “Sabía que no tenía hijos y me decía que quería que los tuviera con él”, ha explicado para dejar claro hasta dónde era capaz de llegar Manuel para lograr que bajara la guardia. Su estrategia funcionó, le reconoce Amanda, que pidió dos créditos que sumaron un total de 30.000 euros y se los dio a Manuel con la esperanza de que esa relación, que no superaba las citas en estaciones de ferrocarril, se activara. “El acuerdo era que me los devolvería enseguida. Pero nunca lo hizo”. La relación tampoco se activó.

Tres años de cárcel

La fiscalía considera que Manuel cometió un delito continuado de estafa y pide para él una pena de 3 años de cárcel. La acusación particular, que ejerce Màrius Roch en nombre de la víctima, solicita que la condena sea de 4 años. La estafa que sufrió la mujer es grave porque la dejó “en la bancarrota”. El letrado, en declaraciones a este diario, sostiene asimismo que el verdadero daño que sufrió ella ha sido emocional. "Cuando ella le pedía el dinero, él le respondía que por su culpa su hijo solo comería sopas", remarca Roch.

La jueza de la sección 10 de la Audiencia de Barcelona deberá decidir ahora a quién cree. Si a Manuel, que tiene antecedentes únicamente por no pagar la manutención del hijo a su exmujer, o Amanda. Si la relación sentimental que no salió nunca de las estaciones de tren fue de verdad o solo una plataforma imaginaria que creó Manuel para quedarse con el dinero de Amanda. Si Manuel es inocente o es otro estafador sentimental. Uno más.

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