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Montañismo

La fatalidad del montañero fallecido en los Picos de Europa: se equivocó de camino y se despeñó cien metros

Javier Amigo tomó la senda vieja del Cares y se deslizó por un desnivel con mucha pendiente | "Falleció en el acto", sostiene la Guardia Civil

Canal en la que se despeñó Javier Amigo (según los expertos de la Guardia Civil, la pendiente es mayor de lo que aparenta). En el recuadro, el montañero gijonés.

Los expertos de la Guardia Civil de Montaña lo tienen muy claro: la muerte del gijonés Javier Amigo Coto fue precedida de un error de orientación en el primer tramo de la ruta que debía llevarle de Poncebos a Bulnes, y se produjo cuando se despeñó unos cien metros por un ladera muy empinada y poco concurrida por la que estaba trepando, que en su punto más bajo desemboca en el río Cares. "Todo apunta a que falleció en el acto el mismo domingo", explicó a este periódico el teniente Pablo Villabrille, jefe del Área de Montaña de la Guardia Civil de Cangas de Onís.

Fue el pasado domingo cuando Javier Amigo –de 60 años– se despidió de su mujer a la salida de Poncebos (concejo de Cabrales), con la idea de reencontrarse un rato más tarde en Bulnes, donde planeaban encontrarse con los integrantes del grupo de montaña Xove, que habían hecho la travesía entre Fuente Dé y Bulnes, con noche en el refugio de Urriellu. Con Amigo y su esposa iba también su cuñada. Menos acostumbradas a caminar, las mujeres habían optado por tomar el funicular.

"Para un paseo de una hora solo llevaba con él la cantimplora de agua. Ni ropa de abrigo ni comida ni nada, con un sol de restallu. La intención era subir a Bulnes a tomar el vermú allí con los del grupo de montaña y luego bajar a comer a Poncebos. Empecé a preocuparme cuando llegamos a comer a Poncebos a la hora reservada, a las dos, y no estaba", relató su mujer, Elvira Fernández, quien puntualiza que su marido ya había hecho antes ese mismo camino en cuatro ocasiones.

Javier Amigo se separó de su mujer y su cuñada donde acaba el asfalto. Tenía que avanzar unos 300 metros, girar a la izquierda, pasar sobre el puente la Jaya y enfilar la canal del Texu, de poco más de tres kilómetros, que le situaría en Bulnes al cabo de una hora y con una dificultad mínima para un caminante acostumbrado.

¿Qué sucedió? Según el teniente Pablo Villabrille, se despistó muy pronto. "No hizo ese giro a la izquierda a los 300 metros, sino que siguió de frente, por el antiguo camino de la Ruta del Cares. Una opción mucho menos frecuentada que el Texu", especifica el jefe del Área de Montaña de la Guardia Civil de Cangas de Onís.

Al inicio, ese camino alternativo es muy ancho, hasta el punto de que ofrece espacio para que aterrice un helicóptero. Pero pronto se complica. El gijonés se encontró con una canal muy pendiente, una rampa abrupta, eso que los montañeros llaman una "trepada", porque exige emplear las cuatro extremidades. Una subida exigente, que desemboca en un llano en el que hay varias cabañas derruidas (una "invernal", en el argot del sector).

Esa invernal no tiene salida, aunque desde ella es posible acceder, con muchas dificultades, a la Ruta del Cares. Javier Amigo se cayó mientras trepaba para intentar alcanzarla. En esa ascensión, se despeñó unos cien metros por la fuerte pendiente. Se deslizó –no fue en caída libre– y se paró "a unos cinco metros del río Cares", precisa Pablo Villabrille. El cadáver fue hallado cinco días después, este pasado viernes, por los bomberos del Servicio de Emergencias del Principado de Asturias (SEPA). La canal que fue escenario de la tragedia no tiene nombre al tratarse de una vía sin salida y poco significativa. El lugar más cercano con denominación propia es la canal de Estorez.

"No tengo palabras para expresar mi agradecimiento", dice la viuda

Elvira Fernández, esposa de Javier Amigo Coto, estaba este sábado muy afectada pero, al tiempo, serena. Tenía como una de sus prioridades el agradecer toda la ayuda que estos días recibieron tanto su marido –hallado muerto– como ella misma: "Quiero expresar mi más sincero agradecimiento a las personas de Poncebos, que en todo momento nos ofrecieron su apoyo y cariño, a los guardas de montaña, por su colaboracion, y a los integrantes de GREIM [Grupos de Rescate Especial de Intervención en Montaña], de la Guardia Civil, por su cariño, compresion y profesionalidad. No tengo palabras para explicar lo que les debo".

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