"Cuadros. Mucha vigilancia. Velázquez y El Greco. Poca Vigilancia: Goya y Rubens y Murillo". Son las notas de los dos activistas de 'Futuro Vegetal' que se pegaron a los marcos de La Maja desnuda y La Maja vestida, de Goya, en el Museo del Prado, el pasado 5 de noviembre.

La policía les intervino uno de los planos del museo, donde habían anotado detalles de la preparación del asalto y la elección del cuadro para realizar su protesta contra la cumbre del clima y el cambio climático. CASO ABIERTO, el canal de investigación y sucesos de Prensa Ibérica, ha accedido a esa documentación, que puede consultarse en este reportaje.

Los dos activistas, de 18 y 21 años, habían acudido anteriormente al Museo del Prado para comprobar las medidas de seguridad. Así, en el plano del museo que la policía les requisó habían anotado cómo debían ser los detalles de su "acción" para tener éxito.

"Vigilante mirando ordenador"

Primero realizaron anotaciones sobre las medidas de seguridad para entrar en el Prado. Uno de los activistas escribió sobre el plano: "Cinta. Vigilante mirando un ordenador con cámara", en alusión al escáner. Pero no parece preocuparles poder meter el pegamento, como así hicieron. De hecho, anotan: "Yo llevé una bolsa. Táper con comida. Botella metálica con agua" para demostrar que pudieron superar el escáner y el control de entrada sin dificultad.

Las anotaciones están realizadas sobre el folio 1 del plano del Museo del Prado que se entrega a los visitantes. Los activistas se fijan en varios cuadros como posibles objetivos. Así, sobre la sala 12, dedicada a Velázquez, escriben: "Meninas. Mucha gente enfrente. Vigilancia cerca".

Pincha en la imagen para ver el mapa con las anotaciones en pantalla completa:

Pensaron también en realizar su acción junto a "El Caballero de la mano en el pecho" de El Greco, en la sala 98. Pero allí anotan, además del nombre del cuadro, una V (vigilante) y "vigilancia" en el pasillo donde hay obras de El Greco y Tiziano.

Otros objetivos: Rubens y Murillo

Los activistas también estudiaron otros objetivos posibles para su protesta. Así, escribieron "Poca vigilancia" en una zona dedicada a Rubens, donde anotaron "Las tres gracias" y en otra dedicada a Murillo, donde apuntaron "solo un vigilante".

Se fijaron también en el autorretrato de Goya, en la sala 34, del que escribieron que es "pequeño, pero con cristal". La mayoría de los actos de protesta en museos habían tenido lugar lanzando líquidos a obras protegidas con cristales. También escribieron en el plano dónde estaba el cuadro de "La familia de Carlos IV", del pintor aragonés.

"No hay cristal"

Finalmente, en la esquina del plano localizaron, en la sala 38, los cuadros que iban a ser sus objetivos. Escribieron sobre el plano: "Maja vestida y desnuda" y anotaron que había "solo un vigilante" para todas esas salas con obras de Goya, desde la 32 hasta la 38.

Con todos esos datos, los activistas anotaron las ventajas y posibles inconvenientes de pegarse a los marcos de las majas de Goya. En el documento intervenido por la policía se lee: "Pros. Poca vigilancia. Una persona en varias salas. Contras. No hay cristal. Cuerda de separación. Fotos?".

El sábado, 5 de noviembre, los dos jóvenes activistas se pegaron a los marcos de los cuadros de Goya. Dos personas más lo grabaron y lo difundieron por redes sociales. Los cuatro fueron detenidos y puestos en libertad tras pasar la noche en los calabozos. Están siendo investigados por un posible delito contra el patrimonio histórico-artístico.

De lo que comentaron, una cosa es segura: "no queríamos dañar ningún cuadro ni el arte, si hubiéramos querido habría sido fácil" y otra es un anuncio: "no volveremos al Prado, díganle al director que no se preocupe".