La Policía Nacional ha confirmado que el principal y único sospechoso del asesinato de Cristina Cabo Buján en su domicilio de Lugo, un ciudadano colombiano de 32 años, conoció a la víctima la misma madrugada en la que se produjeron los hechos, sin que hubiese existido previamente entre ellos “ningún contacto ni conocimiento previo”.

Mediante un comunicado, la Comisaría Provincial de Lugo también confirma la información avanzada por EFE, dado que en el registro realizado en el domicilio del sospechoso fueron “intervenidos diferentes efectos, entre ellos el ordenador portátil de la víctima”.

De hecho, otras fuentes no oficiales indicaron que también se investiga si el sospechoso se llevó dinero de casa de la víctima e incluso su bicicleta.

El sospechoso, que permanece retenido en los calabozos de esta comisaría, llevaba solo dos meses en la ciudad -se había establecido en septiembre- pero ya había sido identificado en días pasados por agentes de la Policía Nacional por su supuesta implicación en el hurto de un bolso y amenazas a su propietaria.

Una vez que fue localizado por los agentes encargados del caso, ejerció “una gran resistencia a la retención”, por lo que tuvo que ser reducido por los efectivos policiales para su traslado a la comisaría provincial, donde se le tomará declaración para, posteriormente, ponerlo a disposición judicial, previsiblemente este jueves.

Fue necesaria, según informaron testigos de lo sucedido, la intervención de seis agentes de la Policía Nacional para sacarlo de la casa en la que reside y otros tantos para introducirlo en los calabozos de la Comisaría.

En la información facilitada a los medios, la Policía ensalza que este homicidio ha quedado resuelto en menos de 30 horas desde que fue descubierto el cadáver de Cristina Cabo, de 42 años, en su domicilio del barrio lucense de San Antonio.

En cuanto al proceso de investigación, se puso en marcha una vez que la hermana de la víctima, que acudió al domicilio de Cristina al no tener noticias de ella desde el sábado por la tarde, dio aviso a la Policía a través de la sala del 091, sobre las 22:00 horas del domingo, de que la había encontrado muerta en el dormitorio.

Fuentes de la investigación precisaron a EFE que el autor del crimen se comportó con gran violencia, dado que el cadáver de la víctima presentaba más de cuarenta heridas y puñaladas.

Agentes de la Policía Científica recabaron pruebas e indicios en la vivienda durante 24 horas de forma ininterrumpida, incluso con la colaboración de funcionarios de la Jefatura Superior de Policía de Galicia, especialistas en la aplicación de determinados reactivos.

Por su parte, agentes de la Policía Judicial tomaron declaración a una veintena de personas del entorno de la víctima, tanto a vecinos del inmueble y del barrio como a familiares y amigos. Además, el visionado de las grabaciones de las cámaras de seguridad fue de gran ayuda a la hora de centrar la investigación.

La presión a la que se sometió la investigación, así como el sigilo y la reserva llevada a cabo en determinados datos”, precisa la Policía, también fue importante para cerrar el caso así como la colaboración ciudadana y las diligencias desarrolladas por los investigadores, que señalaron al sospechoso, un hombre con domicilio “en el otro extremo de la ciudad” y con el que la víctima “no tenía relación previa”.

Otras fuentes próximas al caso precisan que el sospechoso fue delatado por gente de su propio entorno, lo que facilitó su detención. De hecho, los mismos informadores aseguran que los investigadores sospechan que ya lo tenía todo preparado para marcharse en autobús hasta León y, desde allí, organizar su vuelta a Colombia.

Una vez identificado y localizado, un operativo formado por una docena de agentes practicaron la detención.