Un niño de cinco años ha fallecido en un hospital de Leeds, en Reino Unido, tras tragarse una chincheta. El pequeño fue ingresado de urgencia en el centro hospitalario, pero los médicos no pudieron hacer nada por salvar su vida. Sufrió daños de entre el 90 % y el 95 % en el cerebro tras permanecer dos días con soporte vital.

El pequeño Kyle Lewis se tragó una chincheta de un tablón de anuncios y, al presentar problemas respiratorios, fue llevado a un hospital cercano, donde los médicos tuvieron que reanimarle hasta en cuatro ocasiones.

Posteriormente fue trasladado a un centro especializado de Leeds, donde falleció. "Lo mantuvieron con soporte vital hasta que estuvimos listos para despedirnos. Pero nunca estás listo, ¿verdad? Kyle decidió que era su momento después de su último abrazo con mamá y papá. Su corazón latió por última vez mientras lo abrazábamos", explicó Emma Lewis, la madre del pequeño.