Investigación en marcha

Los Mossos investigan el caso de una mujer de Tarragona desaparecida hace 132 días

La familia de Mónica de la Llana García, cuyo rastro se pierde en La Morera de Montsant, sabe que no se trata de una marcha voluntaria

Monica de la Llana Garcia, desaparecida.

Monica de la Llana Garcia, desaparecida.

Guillem Sánchez

El rastro de Mónica de la Llana García (Irún, 1977), una vecina de Valls madre de un hijo de 22 años, se pierde el 21 de julio de este verano. Lleva 132 días en paradero desconocido y su familia sabe que no se trata de una desaparición voluntaria. La última persona que la vio con vida fue un novio informal de La Morera de Montsant (Priorat) que ha declarado a los Mossos d’Esquadra que la dejó sobre las 14.00 horas en una parada de autobús de un pueblo cercano, Cornudella de Montsant porque Mónica quería ir a Reus

Mónica había quedado en esa ciudad para comer con una amiga, que asegura que nunca llegó a reunirse con ella. Según María Jesús, la hermana mayor de Mónica, la policía catalana mostró una fotografía de la mujer al conductor del autobús que supuestamente cogió para ir a Reus pero este respondió que no recordaba haberla visto. María Jesús está convencida de que alguien le ha hecho daño a su hermana pequeña. 

Madre de 45 años

Mónica es la menor de tres hijos de una familia que se instaló en Valls a dos velocidades distintas. Primero llegaron Mónica, embarazada, y su madre. Después, cuando su padre, agente de la Guardia Civildestinado en Irún, se prejubiló, llegó el resto de la familia. María Jesús describe a Mónica como una mujer independiente. De salud delicada, trabajos inestables de camarera y entusiasta de las fiestas alternativas de música electrónica, Mónica podía ausentarse durante periodos cortos, de como mucho cuatro o cinco días. Por eso, de entrada, María Jesús no quiso darle importancia la primera vez que su madre le dijo que no sabía nada de ella.

Pero Mónica es a la vez todo lo contrario, remarca María Jesús: "Muy dependiente de amigos y de familia, una persona que necesita el contacto y que no sabe estar sola". Para María Jesús es imposible que su hermana haya querido cortar con todos sus lazos afectivos a la vez.

Transcurridos unos días, durante los cuales la madre hizo ver a María Jesús que Mónica ni siquiera se había interesado por su estado de salud sabiendo que iba a afrontar una intervención médica, comenzó a preocuparse. Activó en el Whatsapp la opción que permite visualizar cuándo se ha conectado por última vez un contacto. "Me quedé muy preocupada porque Mónica, que es de las que está todo el día conectada, no lo había hecho desde el 21 de julio y ya estábamos a principios de agosto". Las últimas entradas en Facebook y en Instagram de Mónica, bajo el nombre de 'Moni vasca', eran del 18 de julio y del 14 de julio, respectivamente. "Y Mónica era muy activa en redes sociales".

El teléfono

Mónica estaba alojada en la casa de su novio informal de La Morera de Montsant desde hacía algunos días. Antes del 21 de julio, charló por Whatsapp tanto con una amiga de Reus –con quien se había citado para comer aquel jueves 21– como con otro amigo –a cuya casa planeaba acudir para recoger algo de ropa–. En los audios que envió a su amiga, y en las capturas de pantalla de la conversación de Whatsapp que ambas mantuvieron, Mónica dice repetidamente que se verán el jueves y que comerán juntas. Pero Mónica ni se presentó a comer en casa de la amiga ni tampoco recogió la ropa en casa del amigo, según han declarado ambos. Mónica, además, que ejercía de camarera intermitentemente, sin un contrato fijo en ningún bar, había aceptado un trabajo para ese fin de semana. Mónica también se encontraban inmersa en un proceso de tramitación para lograr el reconocimiento de una invalidez parcial por los problemas de salud que arrastraba.

María Jesús acepta con resignación que los investigadores de los Mossos que están tratando de encontrar a su hermana se muestren tan "herméticos". Lo poco que sabe de la marcha de las pesquisas es que los policías no han observado ningún rastro de vida de su hermana desde su desaparición: ni ha usado sus tarjetas bancarias, ni ha comprado tampoco los medicamentos que necesita para el asma y los problemas de corazón que sufre. Los investigadores también le han explicado que, según los repetidores de telefonía, la última ubicación del móvil de Mónica es en La Morera de Montsant. Los repetidores indican asimismo que la última llamada que hizo Mónica fue a las 7.50 horas del 21 de julio. Y fue por esa zona y para hablar durante tres minutos con su novio. "No entiendo por qué llamó a su novio a esa hora si en teoría estaba con él", insiste extrañada María Jesús. "Su amiga la estuvo llamando durante el jueves 21 de julio y dice que el teléfono dio señal hasta la noche".

El 13 de septiembre fue el cumpleaños de Mónica, 45 años), y también el de su hijo –han nacido el mismo día–, que se ha criado sobre todo con los abuelos. María Jesús sabe que Mónica no guardaría silencio ante una fecha así. La familia ha contratado a un abogado que está pendiente que el juzgado de Valls la acepte como acusación particular. Los Mossos d'Esquadra, consultados por este diario, confirman que están investigando la desaparición pero afirman que revelar cualquier detalle dificultará su resolución. SOS Desaparecidos hizo público el caso de Mónica hace pocas semanas a petición de la familia, que sí cree que cualquier dato aportado por ciudadanos que aún no se han puesto en contacto con ellos puede resultar decisivo para saber qué ha pasado con Mónica de la Llana García.