Condena

Ocho años de prisión por violar a la mujer que cuidaba a su madre

La Fiscalía solicitaba para el acusado diez años al contemplar también un delito de lesiones

El condenado por violar a la mujer que cuidaba a su madre en Oliva.

El condenado por violar a la mujer que cuidaba a su madre en Oliva. / I. CABANES

Ignacio Cabanes

La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Valencia ha condenado a ocho años de prisión por un delito de agresión sexual a un hombre que violó a la mujer a la que había contratado para cuidar a su madre. Los hechos ocurrieron en el domicilio que el condenado compartía con su madre y con su hijo, en la localidad valenciana de Oliva, en septiembre de 2020.

Según los hechos que figuran probados en la sentencia, alrededor de las 2.30 horas de la madrugada del 5 de septiembre, cuando la víctima, de 53 años, se encontraba en su habitación, donde se quedaba a dormir las noches en las que tenía turno de noche para cuidar a la anciana, el condenado entró desnudo en el dormitorio. La trabajadora, que acababa de ducharse y apenas portaba una toalla, le pidió varias veces que se fuera, haciendo caso omiso el acusado.

El condenado, de 52 años y nacionalidad española, la agarró con fuerza de la coleta con la que llevaba recogido el cabello, y mediante la fuerza la obligó a hacerle una felación. Además, según consta acreditado en el fallo, también le introdujo los dedos en la vagina. Tras la agresión sexual le dijo a su víctima que si contaba algo la mataría.

"Como consecuencia de la fuerza física empleada por el acusado en la ejecución de los hechos», la víctima sufrió pequeñas lesiones en la zona de la nuca, en los labios y en la vagina. Además «ha desarrollado un trastorno por estrés postraumático que se ha cronificado". Por todo ello, en concepto de responsabilidad civil deberá indemnizar a su víctima con 47.361 euros.

La Fiscalía solicitaba diez años de cárcel al contemplar también el delito de lesiones, del que ha sido absuelto. El acusado, defendido por el letrado Alberto Gil, esgrimió en el juicio que simplemente "le estaba haciendo un masaje". Además de los ocho años de prisión por el delito de agresión sexual, le impone una medida de cinco años de libertad vigilada.