Ruta Cádiz-Milán

El mal patrón: arrestado por obligar a los camioneros a conducir sin descansos

Los Mossos d'Esquadra y la Guardia Civil descubren que una empresa había trucado los tacógrafos para saltarse los límites de descanso

El agente Joan junto al sargento Rafa Aguilar, de pie.

El agente Joan junto al sargento Rafa Aguilar, de pie.

Guillem Sánchez

Los policías entraron en ese bar porque era el único que encontraron abierto en el polígono de La Línea de la Concepción (Cádiz). Eran investigadores de los Mossos d’Esquadra y de la Guardia Civil que habían tenido que trabajar en equipo, y cruzar toda la península en el caso de los agentes catalanes, para poder llegar hasta la nave industrial que quedaba justo en frente de esa cafetería. Tras detener al principal investigado, habían hecho una pausa en el registro del garaje de camiones que escudriñaban, pero el camarero no salía a atenderlos. Finalmente, el camarero apareció, vestido con ropa de deporte.

La cafetería pertenecía a un club de paddle y esa mañana, se disculpó el camarero, había fallado un jugador a última hora y sin avisar. Sus compañeros habían rogado al camarero que lo sustituyera para no suspender el encuentro y, debido a ese incidente, estaba alternando el servicio en la cafetería con los raquetazos en la pista. Los agentes le dijeron que no se preocupara. No podían hacer otra cosa, en el fondo era culpa de ellos: el jugador que había fallado era el principal investigado en su operación y no se había presentado porque lo habían arrestado.

Rafa Aguilar, responsable del Àrea Central d’Investigació d’Accidents de los Mossos, añade además que la operación conjunta se activó ese día precisamente porque los agentes supieron que el sospechoso, el jefe de una empresa de transportes de alimentos, estaría en la nave porque tenía partido de paddle. En los días anteriores, no se había presentado.

El dueño de la empresa investigada es un hombre de nacionalidad española que disponía de once camiones que conducían hasta Milán y regresaban a España cargados de alimentos que dejaban en Mercabarna y Mercavalència antes de volver hasta Cádiz. Ha tenido 170 conductores distintos en solo 5 años. Los policías creen que los explotaba y que trucaba los tacógrafos de los camiones para que circularan sin descansar. Además, también había pedido un duplicado de su tarjeta de conductor y la cedía a empleados para que tuvieran dos y pudieran seguir circulando.

Esta es la primera investigación de los Mossos en España que permite desarticular un entramado de estas características implicando a los tres elementos imprescindibles, tal como pidió la Fiscalía de delitos contra la seguridad vial en 2020: el patrón que presiona, el mecánico que mira hacia otro lado durante las revisiones y los conductores que ceden al chantaje, convirtiéndose "en bombas de relojería", subraya Aguilar, debido al agotamiento que sufrían los camioneros al volante. La operación ha sido bautizada con el nombre de Eón, el dios griego de un tiempo sin principio ni fin.

Arrancó con una inspección que efectuó una patrulla de Trànsit de los Mossos en Girona, en la AP-7. Los agentes comprobaron que el conductor, al parecer cumpliendo con las indicaciones del dueño de la empresa para la que trabajaba, había manipulado de una forma compleja el tacógrafo y, de ese modo, había circulado sin hacer los descansos que la Dirección General de Tráfico (DGT) señala como obligatorios para reducir el riesgo de accidentes que, en caso de vehículos pesados, de 40 toneladas, pueden ser muy graves.

El juzgado de instrucción 2 de Figueres abrió en febrero de 2022 una causa contra esta empresa, que ya fue investigada por hechos similares en 2017 y que en ese instante se encontraba también de nuevo bajo la lupa de la Guardia Civil. Bajo la tutela de la Fiscalía de delitos contra la seguridad vial, Mossos y Guardia Civil crearon un equipo conjunto.

Conductores presionados

Los agentes contactaron con varios de los conductores que habían trabajado para esta empresa y algunos de ellos explicaron que el jefe les había obligado a circular sin descansar y que, para ello, los tacógrafos estaban manipulados. La revisión de los vehículos se pasaba en un taller de Valencia. Los investigadores está convencidos de que el mecánico era consciente de la manipulación y miraba para otro lado.

Los policías colocaron balizas en algunos camiones y comprobaron si se detenían o no y cuántos quilómetros podían recorrer sin descansar. El seguimiento arrojó datos estremecedores. Uno de los camioneros, por ejemplo, ignoró tantos descansos que acumuló infracciones que deberían costarle más de 200 puntos del permiso de conducir. "Era importante que sacarlos de la carretera", subraya Aguilar.

La operación conjunta se activó la semana pasada y ha durado varios días. Ha hecho falta esperar, entre otras cosas, a que el jefe tuviera partido de paddle en la pista que hay frente a su nave para poder detenerlo. Los implicados afrontan un juicio por delitos contra la seguridad vial y contra los derechos de los trabajadores.

Suscríbete para seguir leyendo