Robo en Atrio: dos reos y su abogada, en la encrucijada

La letrada de los acusados del robo de Atrio afronta la defensa con todas sus peticiones desestimadas por el juzgado Dumitru y Priscila regresan a la cárcel y su puesta en libertad parece lejana

Sylvia Córdoba, abogada, esta mañana tras la vista en la Audiencia de Cáceres.

Sylvia Córdoba, abogada, esta mañana tras la vista en la Audiencia de Cáceres. / CARLA GRAW

Miguel Ángel Muñoz Rubio / Gema Guerra Benito

Primero fue el Juzgado de Instrucción el que rechazó en primera instancia las propuestas de la abogada de los acusados del robo de Atrio. Tras ordenar su ingreso en prisión, la letrada Sylvia Córdoba solicitó que salieran en libertad provisional, una petición que desaconsejó la fiscalía y que horas después fue desestimada. Esta situación volvió a repetirse este miércoles. En este caso, fue la Audiencia Provincial de Cáceres, el tribunal que juzgará a Dumitru y Guevara, la que impugnó una por una las peticiones de la letrada, que no ocultó su malestar de forma pública ante los magistrados. 

Fue en la vista anterior al juicio en la que las partes debatieron lo que se conoce en el lenguaje judicial como ‘cuestiones previas’. La defensa tuvo la oportunidad de plantear sus reivindicaciones. Fueron cuatro. La primera, que se reconociera que Priscila Lara tiene arraigo en Holanda, donde tiene un domicilio, y la segunda, demostrar que no fue detenida junto a Dumitru por el robo en el barrio de Salamanca de Madrid. En tercer lugar, que se incluyera una prueba que demuestre que ambos son consumidores de cocaína para que se pueda usar como atenuante en caso de condena y, finalmente, que en el juicio los acusados declararan al final. Todas las propuestas fueron rechazadas por el tribunal. Se da la circunstancia de que este último punto también fue reclamado en un juicio reciente por homicidio en Cáceres y fue desestimado al momento. 

Esta negativa conjunta generó uno de los desencuentros entre el tribunal, presidido por Joaquín González Casso, y la abogada, que protestó de forma pública. No obstante, no fueron las únicas divergencias. Ya al principio de la vista, la letrada manifestó su disconformidad con que arrancara el juicio puesto que no se le había notificado y más tarde, al término de la vista, la fecha del juicio, que se divide en dos jornadas no consecutivas (27 de febrero y 1 de marzo), provocó una nueva desavenencia. 

«No ha sido posible un acuerdo de conformidad porque para ello nos decían que tenían que aparecer las botellas, y no se puede entregar aquello de lo que no se dispone, de manera que era imposible llegar a un acuerdo, aunque hubiéramos tenido la intención», ha dicho Sylvia Córdoba, abogada de la defensa, que también ha respondido a estas preguntas de los periodistas desplegados para cubrir el juicio más mediático de Cáceres.

-¿Por qué sus clientes no devuelven las botellas, porque no se acuerdan a quiénes se las dieron o a quiénes se las vendieron?

-Porque no las sustrajeron, básicamente.

-¿Hasta dónde estaban dispuestos a rebajarles la pena?

-A tampoco mucho: los mínimos legales, pero continuarían en prisión y no nos parecía lógicamente un acuerdo aceptable. Pero bueno, hemos venido a escuchar, y a la primera sesión de juicio, que nos habían manifestado que no iba a ser así y nos hemos encontrado con la primera sesión de juicio.

-Lo cierto es que sus clientes nunca han declarado ser inocentes o culpables, ¿qué harán en el juicio?

-Ya lo veremos; tampoco hemos dicho que vayan a declarar. De momento no lo han hecho y probablemente continuarán en silencio. Y más después de que nos hayan denegado el derecho a declarar al final, como se hace ya de forma habitual en todos los juicios, al menos en los que yo he estado y solicitado, y me lo han aceptado todos los tribunales. Aquí no. Entonces, respetamos siempre la decisión judicial pero lamentamos que nos hayan rechazado todas las solicitudes que hemos hecho porque eso se traduce para esta defensa en una vulneración de derechos. La reforma de la Ley de Enjuiciamiento Criminal prevé que el acusado puede declarar al final porque además tiene así la posibilidad de contradecir lo que haya dicho algún testigo. Realmente es lo más oportuno. Nos ha extrañado que nos lo denieguen y más teniendo el informe favorable de la acusación, que no ha planteado ningún problema. 

-¿Pero por qué apoya que sigan en silencio sus defendidos?

-Porque es un derecho constitucional que ellos tienen. Y antes de que puedan caer en errores, porque les puedan confundir a través de los interrogatorios y, sin querer, se puedan perjudicar con alguna respuesta. No queremos asumir ese riesgo. Creemos que es lo más oportuno. Vamos a escuchar a los testigos, a los policías, a los peritos. Y vamos a ver las pruebas. No somos kamikazes, no somos suicidas, pero si vamos a lucharlo es porque creemos que hay motivos más que suficientes para desmontar todos y cada uno de esos indicios. Para eso hemos venido. Porque además, ellos son unos acusados, tienen derecho a no decir la verdad. No sé hasta qué punto los tribunales creen al cien por cien lo que diga un acusado. Prefieren escuchar a los testigos seguramente.

-Conociendo los detalles del sumario, podrán armar un relato... ¿qué perspectiva tiene?

-Hemos empezado con dureza quizá, pero seguimos en nuestra línea y haremos todo lo que podamos en pro de su defensa.

-¿Por eso se ha refugiado en que sus clientes consumían drogas?

-Buscaba la atenuante de adicción. Siempre que tenemos la presunción de una adicción y que eso ha podido mermar sus capacidades cognitivas, nos vemos obligados a solicitarlo, porque se puede traducir en un atenuante, en una rebaja de pena, y por supuesto, hay que pedirlo.

-¿Por qué el informe toxicológico no se presentó al principio de la instrucción?

-Ya lo pedimos en el momento procesal oportuno y se nos ha denegado. Hemos tenido que volver a pedirlo; se nos ha vuelto a denegar. Y... ¡sorpresa!, la acusación, el actor civil, ha presentado una prueba de forma totalmente extemporánea que se ha admitido. Respetamos, pero lo lamentamos. Ese informe no lo tenemos. Hemos solicitado que se haga por parte de un forense; o sea, más objetividad, más imparcialidad, no puede haber.

-Ha apuntado que sus clientes tienen problemas con la droga, ¿no es un reconocimiento implícito de que son los autores?

-No tiene por qué, pero siempre tenemos que buscar la defensa más amplia para el cliente. Si vemos un resquicio lo vamos a utilizar para que en el caso de que hubiera una condena, que no dependa de nosotros sino del tribunal; que nosotros vamos a intentar que se atenúe. Y esto no quiere decir que haya un reconocimiento de los hechos, como tampoco lo hubiera sido si hubiéramos pagado la indemnización.

-¿Cómo están Dumitru y Priscila Lara Guevara?

-Están mal. Tristes. Preocupados. Asustados. Se preguntan por qué se les deniega todo lo que han pedido.

-Parece que no quiere, pero ¿puede entrar a valorar las pruebas que se han presentado, son rebatibles las grabaciones de las cámaras del restaurante, por ejemplo?

-No quiero valorar. A medida que nos las vayan trayendo y viendo, iremos diciendo. Todo es rebatible. Los juicios son muy impredecibles. Todo es posible.

-¿Hasta dónde están dispuestos a reconocer que estuvieron en el hotel y pasaron la noche allí? 

-Eso me lo voy a guardar. Tenemos que decidir si van a declarar o no. De momento estamos negando todo. Y aunque hayan estado en el hotel, eso no acreditaría que hayan sido los autores de la presunta sustracción. Prueba objetiva, prueba directa aquí no va a haber. Habrá indicios», concluye Sylvia Córdoba, mientras sus defendidos regresan a la cárcel de Cáceres como salieron, en la encrucijada de presentir que su puesta en libertad parece lejana.

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