El asesino machista de Zaragoza: "Se lo merecía por mala, se acabó"

Sentado en uno de los sillones del salón en actitud de espera. De esta forma se encontraron los agentes de la Guardia Civil a Miguel Santiago Cortés después de haber asesinado a su expareja en Villanueva de Gállego. Tranquilamente les reconoció lo que había hecho con Mari Carmen, de 39 años, sin mostrar ningún tipo de pesar.

Una forma de actuar propia del perfil del maltratador que no se arrepiente por lo que hace, justifica sus acciones pese a todo, se muestra autoritario y nunca muestra empatía. Todo ello se observa en el relato de hechos descrito por los agentes del instituto armado en las primeras diligencias realizadas en el caso. Los investigadores destacan varios episodios que indican la premeditación del crimen más allá de que bajó con el cuchillo al patio en un momento en el que la madre, que tenía la custodia del menor, iba a recogerlo para irse a casa.

Según pudo saber EL PERIÓDICO DE ARAGÓN, uno de estos episodios, el más cruel pero que describe perfectamente el perfil del criminal, fue cuando el niño de 6 años, tras presenciar el apuñalamiento, le preguntó por qué lo había hecho. Miguel Santiago Cortés le espetó: «Se lo merecía por mala». Esta afirmación no solo la escuchó el pequeño, sino también un vecino que ante los gritos que procedían del portal, situado en el número 7 de la calle San Mateo, abrió la puerta para ver qué pasaba.

Este hombre explicó que salió a la escalera y en ese momento vio a Miguel Santiago Cortés y al menor subiendo las escaleras. Ahí vio al niño pidiendo explicaciones a su padre y que este justificara todo. Conforme subían vio un cuerpo tendido en el suelo y no dudó de encararse con el asesino, que aún empuñaba el arma en una de sus manos, y decirle qué había hecho. A este vecino le dijo: «Ya está, ya está, se ha acabado».

En paralelo, este residente fue hacia la víctima para intentar ayudarla, pero no le contestaba. Inmediatamente, llamó al 112 SOS Aragón para pedir ayuda, bajando otro vecino para intentar socorrerla. No se separaron de ella hasta que llegaron los sanitarios, si bien solo pudieron certificar el fallecimiento.

Pero aún hubo otro momento más de frialdad por parte de Miguel Santiago Cortés cuando, mientras estas dos personas se encontraban junto a Mari Carmen, volvió a bajar por las escaleras desde su segundo piso, de nuevo con el arma homicida en la mano, salió por la puerta y con desprecio como quien tira un papel lanzó el cuchillo a una papelera. Le volvieron a preguntar qué era lo que había hecho y este insistió: «Se lo merecía por mala».

Custodia

Ahora la investigación que está siendo desarrollada por el Equipo de Personas de la Guardia Civil de Zaragoza está analizando los terminales móviles de la víctima y de su agresor para saber si se habían producido amenazas previas o se había dado algún tipo de situación que fuera el detonante. Sobre la mesa tienen el antecedente más cercano: las amenazas con cuchillo que sufrió Mari Carmen y que, como adelantó este diario, conllevaron una condena de seis meses de orden de alejamiento y trabajos en beneficio de la comunidad. En diciembre cumplió y, pese a todo, la víctima decidió dejar a su hijo estar una temporada con su padre. Aunque estaba con él, quienes le vestían, le preparaban para ir al colegio y se lo dejaban a una vecina para que lo llevara esta a clase eran las hermanas del asesino.

Todo ello llevó el pasado fin de semana al juez de guardia a acordar la prisión provisional para Miguel Santiago Cortés, pese a que ante él aseguró no poder recordar nada porque estaba en shock por lo acontecido.

Ayer, el Consejo de Gobierno acordó, tal y como marca la ley en todos los casos de víctimas mortales de la violencia machista, personarse como acusación popular en esta causa que dirigirá el magistrado titular del Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 3 de Zaragoza.