Un camarero ha sido condenado a cinco años y seis meses de prisión por violar a su compañera de trabajo en un restaurante en el barrio romano de Patri. Según informa el medio italiano 'Corriere della Sera', el agresor, de 26 años, fue declarado culpable de un delito de agresión sexual.
Los hechos ocurrieron en el verano de 2016, cuando tanto el agresor como la víctima, de 24 años, trabajaban en el mismo establecimiento turístico en Roma. La agresión sexual tuvo lugar en el vestuario del local durante esa temporada, aunque la sentencia condenatoria se ha emitido recientemente.
Sentencia condenatoria
Todo comenzó a raíz de una apuesta entre dos camareros del restaurante. Se apostaron 50 euros "a que tendría una relación sexual con la joven". El otro camarero pensaba que el agresor, quien ya había sido condenado por agresión sexual, daría marcha atrás debido a su compromiso sentimental. Sin embargo, el agresor siguió adelante con la apuesta y, según relata el medio mencionado, cuando la joven ingresó en los vestuarios, el hombre la siguió y la agredió sexualmente.
Tras la agresión, la víctima llamó a la prometida del agresor para contarle lo sucedido. Ahora, años después de aquel terrible episodio, el agresor ha recibido una sentencia de cinco años y seis meses de prisión por sus acciones.
Apuesta perversa: 50 euros en juego desencadenan un acto de violencia sexual
En Italia, los delitos de agresión sexual están tipificados en el Código Penal, con penas que van desde los cinco hasta los diez años de cárcel. Según el artículo 609.bis de dicho código, la persona que, mediante violencia, amenaza o abuso de autoridad, obligue a alguien a realizar o someterse a actos sexuales será castigada con prisión de cinco a diez años. La misma pena se aplica a aquellos que sometan a alguien a realizar o someterse a actos sexuales aprovechándose de las condiciones de inferioridad física o mental de la persona afectada en el momento del acto.
La sentencia condenatoria no solo busca hacer justicia en este caso particular, sino que también envía un claro mensaje de rechazo y castigo hacia los delitos de agresión sexual, promoviendo la protección de las víctimas y la erradicación de este tipo de violencia en la sociedad.