Investigación

Un vagabundo abrasa la cara de una indigente en Zaragoza al negarse a tener sexo

La víctima denuncia que el agresor le prestó una manta para no pasar frío y que estaba impregnada de ácido al sufrir las quemaduras

La víctima, de nombre Rachina, en un banco próximo al lugar donde se desencadenó la agresión.

La víctima, de nombre Rachina, en un banco próximo al lugar donde se desencadenó la agresión. / JAIME GALINDO

A. T. B.

El Cuerpo Nacional de Policía ha detenido a un vagabundo –M. B. (Marruecos, 1992)– por, supuestamente, abrasar el rostro de una sin techo de 64 años –Rachina Ajana (Marruecos, 1959)– que en anteriores ocasiones se había negado a mantener relaciones sexuales con él en el descampado donde ambos duermen en Zaragoza. Según ha podido saber El Periódico de Aragón, del grupo Prensa Ibérica, el presunto agresor le prestó una manta para que no pasara frío y la víctima considera que la impregnó de ácido porque, cuando despertó, notó que la cara le ardía y comprobó que estaba manchada de sangre. No en vano, el parte de urgencias del hospital Universitario Miguel Servet revela que la mujer presentaba quemaduras en el rostro, en las manos y en los pies de las que todavía no se ha recuperado.

Este fue el relato que la mujer ofreció ayer por la tarde a este diario mientras descansaba en un banco aledaño al centro de salud Delicias Norte, ubicado en la calle Santa Orosia de la capital aragonesa. Precisamente, la víctima se acercó a este mismo centro sanitario cuando fue consciente de la gravedad de las heridas y fue una mujer quien dio la voz de alarma a la sala de emergencias del 091. Inmediatamente fue trasladada al citado centro hospitalario a tenor de la gravedad de las lesiones.

Ayer, Rachina recordó con cariño la amabilidad de la mujer que dio aviso y mostró un profundo agradecimiento a la Policía por el trato que le brindaron. Desde un primer momento refirió a los investigadores que el móvil de la agresión había sido su negativa a mantener relaciones sexuales con este marroquí de 32 años, quien en anteriores ocasiones le había instado a practicar sexo. Y es que no tiene ninguna duda de que la verdadera intención de M. B. era acabar con su vida, de ahí que ayer todavía se mostrara visiblemente preocupada y emocionada.

Con todo ello, el Grupo de Homicidios de la Jefatura Superior de Policía de Aragón se puso manos a la obra para dar con el paradero de este individuo, al que una dotación de la Brigada de Seguridad Ciudadana detuvo el pasado 17 de marzo cuando se encontraba en el interior de un bar del paseo Calanda. Entre sus pertenencias encontraron un cuchillo de grandes dimensiones y tuvieron que andar con pies de plomo al esposarle porque no dudó en hacer gala de un alto grado de agresividad cuando fue reducido. Su situación administrativa en territorio nacional es irregular y contabiliza hasta siete detenciones por episodios vinculados a delitos de daños, hurtos, entrada ilegal o reclamación judicial.

Rachida explicó a los agentes que dormía sobre un banco próximo al centro de salud Delicias Norte cuando despertó sobresaltada al sentir cómo le quemaba el rostro y le sangraba abundantemente. A lo lejos vio cómo M. B. huía a la carrera al mismo tiempo que recordó que este varón le había prestado una manta para que no pasara frío. No era un desconocido para ella porque también dormía a la intemperie en el citado descampado e incluso, en otras ocasiones, le había instado a mantener relaciones sexuales.

La víctima cree, por eso, que actuó en venganza contra ella al causarle quemaduras en la cara, en las manos y en los pies. De todo ello se dio traslado al Juzgado de Instrucción número 11 de Zaragoza, que el domingo 17 de marzo se encontraba en funciones de guardia.

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