Las preguntas sin respuesta son numerosas en relación a la muerte violenta de Roberto Torres Pastor, de 28 años y natural de Las Palmas de Gran Canaria. Se produjo el jueves día 7 de octubre en un paraje natural y boscoso donde el joven grancanario practicaba cicloturismo, cerca del río Ródano, en el municipio de Soyons, al sur de la ciudad de Valence, en el departamento de Ardèche (Francia).

Los padres del grancanario fallecido se encuentran desde el pasado miércoles, en el lugar del homicidio con el fin de tramitar la repatriación del cuerpo del hijo, y para resolve trámites burocráticos y policiales.

De momento, no hay ningún sospechoso, ni persona detenida, o no se ha hecho público. Una de los pocas informaciones que ha trascendido a los medios de comunicación franceses es que los investigadores sospechan que Roberto Torres fue golpeado con un objeto contundente cuando dormía en el interior de su tienda de campaña. El grancanario recibió una treintena de golpes, la mayoría en la cabeza.

Los agentes de la Policía Judicial de Valence, que trabajan desde el principio en el caso, mantienen la hipótesis de que este crimen tuvo dos escenas: la tienda de campaña; y el exterior, a cientos de metros de distancia, exactamente en el camino donde fue descubierto el herido por un vecino que paseaba con su perro, según señaló el periódico local Le Dauphiné Liberé.

En los dos lugares habían rastros de sangre, aunque las fuentes oficiales no han aclarado si es sólo del fallecido o también de otra persona. La Policía sí encontró la tienda de campaña y la bicicleta del joven canario, que residía en los Países Bajos, donde trabajaba desde hace dos años en la empresa DPD, especializada en la entrega de paquetería. En cambio, los agentes no han hallado en el lugar del crimen y sus alrededores ni la cartera, ni el arma homicida, ni la documentación de identidad de Roberto Torres Pastor, como informó el periódico La Dépêche.fr.

Torres Pastor, que solo vestía una camiseta cuando fue descubierto herido en el camino, era un fanático de las rutas en bicicleta, y pretendía viajar con su bicicleta desde los Países Bajos hasta España por los itinerarios más adecuados. El lugar en el que se encontró a Roberto Torres, en un charco de sangre, se encuentra en una zona muy tranquila, rodeada de naturaleza, y frecuentada por pescadores, caminantes y deportistas.

La víctima era una persona desconocida para los servicios de la policía y de la justicia, tanto en Francia, como en España.

Michel, el hombre que descubrió al joven, pensó que «estaba muerto. Le toqué el hombro y empezó a moverse. Estaba gimiendo. Vi su mirada que me estaba pidiendo ayuda», como informó Le Dauphiné Liberé.

«Su rostro estaba deforme. El cráneo estaba hundido. También presentaba heridas en los dos brazos, incluidas dos profundas. Alerté y esperé la ayuda para guiarlos hasta», agregó el testigo. Sin embargo, Roberto Torres Pastor pereció horas después en el hospital de Valence al que fue trasladado por la gravedad de las heridas.