El Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil ha denunciado a la concesionaria del vertedero de Juan Grande propiedad del Cabildo de Gran Canaria, por un reguero de plásticos que ha sido localizado en unos tres kilómetros cuadrados alrededor de la instalación. Los restos de bolsas, sacos y papel film se encontraban atrapados entre la vegetación, las rocas y taludes, así como en las cercas que delimitan los terrenos.

La actuación de los agentes se inició debido a la imagen que presentaba el entorno del denominado EcoParque Sur Gran Canaria. La Comandancia de Las Palmas informó ayer en un comunicado de que el Seprona, durante un servicio propio enmarcado en la protección del medio ambiente por la zona de Juan Grande, detectó una gran acumulación de bolsas de plástico «que parecían haberse acumulado ese mismo día o días anteriores». Parte de los desperfectos contaminantes estaban afianzados «sobre los distintos obstáculos naturales, tales como plantas herbáceas y arbustivas». Entre las especies afectadas se encontraban ejemplares de cardones, pero el plástico también se enganchaba en las rocas y los taludes de los desniveles naturales.

Los componentes del Instituto Armado hicieron un seguimiento del rastro del vertido de bolsas hasta el lugar donde había una mayor acumulación. De esta forma, pudieron comprobar que podía tener su origen en un vertedero autorizado de la zona de Juan Grande, que, según otras fuentes consultadas, se trata del EcoParque que gestiona la Unión Temporal de Empresas (UTE) Cespa SA-Ferrovial y Ayagaures Medioambiente SL; al detectar que existía una mayor presencia de restos de plástico al ir aproximándose al citado complejo y que se habían extendido en dirección sur por la predominancia en la zona de los vientos alisios norte-noreste.

Ante esta situación, el Seprona decidió realizar una inspección en la planta de tratamiento de residuos para tratar de corroborar el origen de los plásticos. La investigación llegó a la conclusión, indica la Comandancia, «de que estas bolsas proceden del tratamiento de los desechos que provienen de la separación de los residuos urbanos», que están compuestos sobre todo de plásticos ligeros que no pueden ser reciclados. «Además», continúa, «poseen una alta capacidad volátil, lo cual unido a la frecuente presencia de viento en la zona pudo haber provocado la salida de dichos residuos del recinto con la posterior acumulación en el entorno natural».

La Guardia Civil tramitó el pasado 26 de abril el acta y la denuncia a la empresa concesionaria por una supuesta infracción a la ley 7.22 de suelos contaminados y residuos dirigidos a la Agencia Canaria de Protección del Medio Natural, órgano competente a la apertura de expedientes sancionadores en esta materia del Gobierno autónomo de Canarias.

Fuentes del sector medioambiental apuntaron que esta imagen se repite desde hace años y la empresa concesionaria, para evitarlo, realiza continuamente limpiezas con el objetivo de reducir la contaminación tanto dentro como fuera de la planta. Sin embargo, incidieron en que resulta «muy difícil mantenerlo en estado impoluto» debido a la gran cantidad de material que se manipula en la planta y la predominancia de los vientos que hay en la zona. En cualquier caso, señalaron que la «mejoría» de la zona en comparación con hace unos años es del «99%».