Para saber de qué pasta estaba hecha Elena Navarro, la joven grancanaria de 26 años que el pasado jueves falleció en un accidente de tráfico en Málaga, sólo hace falta echar un vistazo a su currículum. Diplomada en Trabajo Social, especializada en violencia de género, exclusión social, drogodependencia y otras adicciones, dedicó su corta vida a los demás. “Daba lo mejor para ellos”. Quien habla es su hermana Conchi, quien considera que Elena tenía “luz”. “Yo soy su hermana, no soy objetiva”, reconoce, “pero todos los mensajes que hemos recibido estos días nos dicen eso, que tenía luz, que amaba a las personas, a la vida, y transmitía eso en su trabajo y en su vida personal”.

Esa dedicación a los demás no sólo lo plasmó en su formación, sino que también lo trasladó a los hechos. En plena pandemia decidió no quedarse quieta y presentarse a voluntaria en Cruz Roja. El país, el mundo, estaba confinado y ella decidió que tenía que estar con los más necesitados, con esas personas que para muchos son invisibles. “Estábamos en el cierre total y ella salía todos los días de voluntaria al centro de día que se creó en la antigua Fábrica de Hielo de La Isleta para convivir con la gente sin hogar”. “Era feliz, iba y volvía con sus cascos de música puestos”, recuerda Conchi.

Esa ambición por ayudar a los demás también la trasladó a la Fundación Canaria Yrichen, que esta semana, al tener conocimiento de su muerte, le dedicó unas palabras en sus redes sociales: “Elena Navarro Hernández trabajó como profesional y como voluntaria en el área de Prevención de Yrichen. Siempre recordaremos su sonrisa permanente y su carácter entusiasta con los que alegró el día a día de muchas personas, compañeras de trabajo o usuarios. Tuvo una especial dedicación en barrios donde la exclusión social y la presencia de las adicciones se ensañan generalmente con los más débiles. Siempre permanecerá en nuestra memoria con el afecto y la admiración de que fue acreedora. Descanse en paz”.

Uno de los pilares de Elena Navarro era buscar la manera de que personas con drogodependencias tuvieran una nueva oportunidad para salir adelante, para tener un mejor futuro. Ello le llevó a la Comunidad Terapéutica Arpom de Álora, en Málaga. Sólo compartió un mes con una quincena de hombres. Suficiente para que ellos se enamoraran de Elena, para que se derrumbaran al conocer la noticia de su muerte. “Tu hermana era luz”, comenta Conchi que le decían las personas del centro. Una luz que quieren mantener viva, que quieren utilizar para unirles en torno al recuerdo de la joven grancanaria. Ya el pasado martes le hicieron un homenaje con una foto suya, acompañada de flores, velas y quince globos que echaron a volar. Y una luz que seguirá brillando en la fuente de agua que van a construir y a la que van a llamar Fuente de vida Elena. “Es el agradecimiento al mes que ha trabajado allí, lo que ella les ha aportado”, indica la hermana de la joven.

Homenaje a Elena realizado en el centro de Málaga donde trabajaba.

Enamorada de Las Canteras, residía desde hacía un tiempo en el barrio de Guanarteme, desde donde salía para pasear hasta la figura del Atlante. “Mi hermana era plenamente feliz, veía la vida desde una óptica que era envidiable, disfrutaba de la vida y del mundo”. Era una persona que iba “sin filtro, a corazón abierto”. “Ella”, continúa su hermana, “no tenía juicios de valor, era capaz de empatizar con cualquier persona, que le llevaba a conectar tanto con la gente que se encuentra en exclusión social, se le hacía muy sencillo llegar a ellos y por eso la querían tanto”. “Siempre aportaba a todos lo mejor de ella”, enfatiza.

Sus amigos, quienes compartieron pupitre con ella en el Colegio Claret y en el Instituto Isabel de España de Las Palmas de Gran Canaria, destacan de Elena que era una persona “muy conciliadora, que siempre tenía una palabra de calma, de sosiego; que escuchaba”. “Era un nexo de unión entre los amigos, y también en la familia”, recalca Conchi, quien destaca en que su hermana “era una persona muy importante” para todos aquellos que compartieron su vida. Descanse en paz.